Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Siempre sospechosos

18/07/2021

Los más jóvenes del lugar no se lo creerán, pero hubo un ciclismo 'de especialistas' en el que pequeños y enjutos escaladores que rondaban los 50 kilos de peso luchaban contra poderosos rodadores en batallas de apariencia desigual… y sin embargo, lo que unos ganaban en el llano los otros lo compensaban cuesta arriba y así, entre maravillosos enanos y estupendos gigantes, se dirimían preciosas batallas sin pinganillo ni control del ritmo cardiaco: tú y tu cuerpo y tus sensaciones y un par de pizarras esporádicas.

¿La modernidad mató al deporte?

Hay un debate muy interesante más allá de la idea romántica del antiguo ciclismo: posible que de puro controlarlo todo hayamos pervertido su esencia… Pero si aparcamos esa cuestión y nos centramos sólo en esa batalla en la morfología del campeón, la figura del ciclista que todo lo hace bien es a) muy esporádica y b) relativamente moderna… y por eso c) levanta sospechas. Tal vez mantengamos en nuestra imaginación el estereotipo nostálgico de que no se puede estar en misa y repicando, o sea, ganando una CRI de 45 kilómetros y la etapa reina en el Tourmalet. Pero, ¿y si no estamos tan equivocados? ¿Y si hace tiempo que el 'neociclismo' ya borró cualquier resquicio de la vieja pureza? Cada vez que un Pogacar ejecute una bestialidad (de ésas de dominador absoluto, casi tiránico, como sucedió con Armstrong o Froome) sentirá la mirada acusadora de medio planeta. «Conozco de dónde viene nuestro deporte, y la historia del ciclismo no es de color de rosa», dijo el muchacho, resignado a que se le pregunte constantemente por el dopaje. De una forma casi perversa nos negamos a creer (porque el pasado, lamentablemente, avala cualquier conjetura) que alguien pueda ser así de bueno, así de arrollador, de forma natural.