El hombre que escribía los domingos

Charo Barrios
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El publicista Álex Cabré publica '3.650 días', una obra que transcurre en Nueva York y narra las vicisitudes de un prestigioso psicólogo que tiene unos pacientes muy peculiares

El hombre que escribía los domingos

«Álex escribe los domingos. Todos los domingos. Mientras el resto de nosotros se dedica a pasear, ir al cine o dejarse llevar por una larga siesta en el sofá. Álex se sienta ante su ordenador y escribe hasta el anochecer». Así empieza el cineasta y director teatral Cesc Gay el prólogo de 3.650 días (Eunate), primera novela de Álex Cabré, que añade: «Escribir los domingos por la tarde es una rutina creativa en la que llevo inmerso desde hace casi 10 años y que ya forma parte de mi personalidad. No entendería la vida sin este espacio de tiempo».

El título enigmático de esta novela que, como nos dice el barcelonés, «se lee como si estuvieras viendo una serie», responde a un pacto con el diablo, en este caso, la ciencia, que hace su protagonista, el doctor Dodds, un reputado psicólogo que aterriza en Nueva York para empezar de nuevo su vida y que en su mochila guarda algo del pasado. Sus días en Manhattan transcurren entre las mañanas en el laboratorio, las tardes en su consulta de psicoterapia y las noches en el club This East Jazz. 

A través de sus sesiones, conocemos a sus pacientes: Pina, una bailarina que sufre un trastorno alimentario provocado por su obsesión por volar; Nicholas, manipulador y narcisista; y John o Johana, un personaje público que se enfrenta a su propia identidad de género. Además de ejercer de psicólogo, colabora con la Universidad de Columbia en un experimento que persigue la vida eterna o la muerte programada. ¿Tantos temas en un solo libro? «Sí, la verdad es que es una novela que no encaja en un género determinado y esto que puede parecer un problema creo que es su gran virtud. 3.650 días es un thriller, una novela psicológica, una historia de amor y una obra de ciencia ficción. Yo no escribo géneros, escribo libros que pienso que pueden interesar a los lectores; para mí esa es la prioridad: entretener».

Todos los lectores que la han leído coinciden en una cosa: cuando empiezan, no pueden dejarla hasta el final. Yes que responde a un estilo de narrativa muy directo y visual, inspirado probablemente en el mundo audiovisual y las series. Hoy en día, estamos acostumbrados a otro ritmo narrativo y a estructuras más complejas y no lineales, a la mezcla de tramas, a ver las escenas desde distintos puntos de vista. Porque Cabré viene del mundo de la publicidad y traslada a sus textos esta técnica narrativa: «Procuro que la gente lea imágenes más que palabras».

Tratar temas de tanta actualidad como la identidad de género, la anorexia nerviosa, el narcisismo o la vida eterna en un mismo texto, ¿convierte 3.650 días en un tratado de psicología moderna?

«Yo no diría tanto, pero sí que es cierto que he recuperado los manuales de psicopatología de la universidad y he intentado ser fiel a la base científica, aunque al final me vence la ficción y me he ido un poco más lejos», confiesa el catalán, licenciado en Psicología y, que, aunque nunca ha ejercido como terapeuta, nos presenta una novela de gran carga psicológica ambientada en un Nueva York actual.

«En todas las entrevistas me preguntan por qué la historia sucede en esa ciudad y no sé dar una respuesta concreta. Volvía de un viaje a Manhattan y me puse a escribir, quería rememorar el viaje y allí se fue el doctor Dodds, desde Barcelona, para escapar de algo que ni yo mismo sabía lo que era».

«Escribir una novela de domingo a domingo me obliga a crear escenas autoconclusivas, lo mismo que ocurre en las series, pero dejando una incógnita para el siguiente episodio, en este caso capítulo, cliffhanger lo llaman. La intermitencia también me ayuda a mí mismo a tener ganas de que llegue el próximo domingo para ver qué ocurre con la historia», confiesa Cabré, que no está solo en su cruzada: «Al cabo de unos años descubrí que los domingos no estaba solo, que hay otros como yo que se entregan a la escritura y que forman una asociación en Viena llamada sundaywritersclub.com».

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