La provincia cuenta con una decena de árboles singulares

A. Criado
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Forman parte de un catálogo elaborado por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente en el marco del programa Bigtrees4life, que hace especial hincapié en la defensa de olivos milenarios como el de Daimiel

La provincia de Ciudad Real cuenta con una decena de árboles monumentales, valiosos reductos de biodiversidad cuya protección es objeto del proyecto Life+Bigtrees4life, desarrollado por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente entre 2013 y 2015. Una iniciativa dedicada en exclusiva a los árboles viejos y bosques maduros de la Red Natura 2000 española. Después de tres años de trabajo se ha diseñado un catálogo con más de un millar de los árboles y arboledas más singulares de España, perfectamente geolocalizados y con información detallada y fotografías de todos ellos. Un catálogo público, accesible a través de la página web del proyecto y de una app gratuita.

La defensa de los olivos centenarios ha centrado muchos de los esfuerzos. El reto más importante es lograr que el Parlamento Europeo ponga fin al comercio internacional de estas ‘catedrales verdes’ sometidas a un terrible expolio. Una de ellas se encuentra en pleno centro de Daimiel. Situado en uno de los extremos de la plaza de España, flanqueado por diez monumentales pinos, el olivo milenario ha sido testigo de la historia daimieleña desde que fue plantado por los árabes alrededor del año 900. Es el principal lugar de encuentro, paseo y ocio de la localidad y en otros tiempos llegó a acoger festejos taurinos.

Otro de los árboles singulares de la provincia es la encina de las mil ovejas, ubicada en el término municipal de Almodóvar del Campo. Fue plantada hace más de 800 años, tiene una altura de 13,5 metros y un diámetro de copa de 33. Y en la pedanía de Santa Quiteria, próxima al Parque Nacional de Cabañeros, se levanta un mes de 15,9 metros de altura, uno de los árboles de mayor porte de Ciudad Real.

bosque de tarayes. Cerca del otro parque nacional que se extiende por la provincia, Las Tablas de Daimiel, se encuentra el bosque de los tarayes de la Isla de Pan. El taray es una de las pocas especies arbóreas que se encuentran dentro del humedal. Estos árboles soportan que los suelos sobre los que crecen estén inundados durante cierto tiempo. Su tonalidad rojizo-violácea es patente durante el invierno y pone de manifiesto cómo son capaces de colonizar el interior del parque cuando la sequía se prolonga.

Destaca también por su gran belleza el ciprés azul que se encuentra en el Parque Alces de Alcázar de San Juan. Este ejemplar destaca por una copa piramidal perfecta, conformada por la plenitud de sus hojas escamadas, que le confieren al ciprés un color verde grisáceo o azul lucido en sus ramas estrictamente horizontales. Y muy cerca de allí, los vecinos de Cinco Casas presumen de una encima que han ‘bautizado’ como ‘Las tres Marías’. Se trata de una especie característica de la zona por su perfecta adaptación a la climatología: aguantan tanto la escasez de agua como las temperaturas extremas y sus raíces son capaces de rebrotar tras un incendio.

El fresno de Alameda de Cervera, un árbol realmente llamativo en su entorno pero que precisa de una serie de cuidados; la carrasca de la Sandalia, ubicada en Tomelloso y que destaca por una copa irregular pero de gran tamaño; el pino Vicentillo, que toma el nombre de su dueño y que se levanta en Arenales de San Gregorio desde hace más de 100 años; y la morera del pozo de las perdigueras, en Alcázar de San Juan,  completan la lista de diez árboles monumentales de la provincia de Ciudad Real, incluidos en el proyecto Life+Bigtrees4life.