Elisabeth Porrero

Elisabeth Porrero


Colegios solo para soñar

01/06/2022

Actualmente trabajo en la Delegación Provincial de Educación, Cultura y Deportes de Ciudad Real. Gracias a ello puedo visitar numerosos centros educativos de nuestra provincia. Confieso que, cuando acudo a ellos y veo las preciosas transformaciones que están experimentando, desearía ser una niña, de nuevo, y poder disfrutar de todos sus recursos.

Nuestros centros se han acogido a numerosos proyectos de educación en valores, por ejemplo 155 de ellos cuentan con Planes de Igualdad. También existe entre ellos una gran concienciación en el Aprendizaje por Proyectos, la metodología STEAM, Escuelas Saludables, Sotenibilidad y Medio Ambiente, Digitalización, Inclusión y convivencia, Comunidades de Aprendizaje… Con todo ello estos edificios, donde nuestras y nuestros niñas y niños conviven con sus semejantes y sus profes tantas horas y se forman, se están transformando en preciosísimos espacios donde pueden leerse, en sus escaleras, versos, tablas de multiplicar, listas de palabras en otros idiomas o mensajes de inclusión e igualdad. Sus paredes, por ejemplo, pueden estar decoradas con el rostro de mujeres importantes, que fueron tan injustamente silenciadas y con el trabajo que llevaron a cabo.

También hay centros muy concienciados con la consecución de espacios coeducativos, para evitar que el patio siga siendo un campo de fútbol y ofrezca más actividades deportivas y culturales, tanto para chicas como para chicos.

Y es hermosísimo ver los huertos escolares, donde el alumnado se va concienciando del cuidado y el respeto a la Naturaleza y así aprenden que si la tratamos con cariño, ella nos da muchas ofrendas a cambio.

En resumen, los lugares en donde se imparten enseñanzas en nuestra provincia, son centros acogedores y que invitan a permanecer en ellos con alegría. Por eso mismo no puedo comprender, no me entra en la cabeza la idea de que pudieran convertirse en lugares para el odio. Mucho menos puedo entender que se pidiera que el profesorado acudiese a ellos con un arma, para defenderse y defender a sus estudiantes de posibles ataques o para evitar algún asesinato.

Es verdaderamente terrorífico que, en alguno de ellos, que imagino pueden ser iguales de acogedores en EEUU, entre una persona armada y dispare, sin piedad ninguna, a estas criaturas y a las personas que les dan clase. Sin duda es una amarguísima paradoja: Morir gratuitamente, mientras se está aprendiendo a formarse como persona y ciudadanas y ciudadanos de provecho para su sociedad.

Algo muy importante está fallando en ese lugar del mundo cuando a estos sitios, sinónimos de vida y alegría, se puede acceder con instrumentos para matar a las niñas y niños.

Ojalá que se pongan los medios y no se nos desgarre más el alma con ninguna otra matanza en un colegio. Porque asesinando el futuro se mata la esperanza.