La UE pide reducir el consumo de gas ante la amenaza rusa

Agencias
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Bruselas planteará en unos días un plan de contingencia para hacer frente a un eventual corte del suministro con medidas como limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19

La UE pide reducir el consumo de gas ante la amenaza rusa

El Ejecutivo comunitario lleva un tiempo advirtiendo de que su mayor amenaza ahora sería un corte total del gas ruso, un temor cada vez mayor entre los Veintisiete. Por ello, la Comisión Europea adelantó ayer que tiene previsto publicar el próximo miércoles un plan de contingencia para hacer frente a este hipotético escenario, cada vez más factible, después de que el Kremlin haya suspendido total o parcialmente el suministro a 12 Estados miembro y haya cerrado, por ahora de manera temporal por mantenimiento, el flujo hacia Alemania por el gasoducto Nord Stream 1.

Así, el borrador del documento de Bruselas contempla una serie de medidas para reducir la demanda desde este mismo verano, como por ejemplo, limitar el aire acondicionado a 25 grados y la calefacción a 19 en los edificios públicos, así como sugerir a los países que incentiven con compensaciones económicas la reducción del consumo en las empresas, sustituyendo el gas por otras fuentes de energía.

El texto remarca que «cada ciudadano y hogar puede ahorrar gas» y pone el acento en el volumen de este combustible que se usa en sistemas de calefacción o refrigeración, pero recuerda que los hogares, la calefacción urbana y algunos servicios sociales esenciales son consumidores protegidos y serían los últimos en sufrir racionamientos.

Según la UE, los flujos desde Rusia han caído un 30 por ciento en comparación con la media del período 2016-2021 y parte de esta reducción «ha sido el resultado de acciones repentinas, injustificadas y unilaterales de Gazprom para disminuir o detener las entregas a consumidores europeos con el objetivo de trastocar la actividad económica y manipular los precios». «No hay razones para pensar que este patrón cambiará. En cambio, una serie de señales, como la última decisión de reducir aún más el suministro a Italia, apuntan a un probable deterioro de las perspectivas de suministro de gas», advierte.

De esta forma, el club europeo defiende que, en caso de producirse esta temida suspensión, todavía es capaz de minimizar el impacto si actúa ahora.