Cantos y cruces para vivir mayo

Ana Pobes
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Piedrabuena celebra esta fiesta declarada de Interés Turístico Regional con 15 cruces que se podrán contemplar hasta este domingo y los tradicionales mayos que cantan las rondallas

Cantos y cruces para vivir mayo - Foto: Tomás Fernández de Moya

Piedrabuena huele desde hace una semana a romero, ajedrea y tomillo. Es el olor característico de mayo, el mes de las flores y de la Virgen María. Una fecha marcada en rojo en el calendario por los vecinos de esta localidad de algo más de 4.000 habitantes y que tiene su peculiar forma de adornar la Cruz con tela y algunos de los elementos que da la naturaleza. Se escogen las mejores plantas, las mejores flores silvestres y las mejores piedras de basalto para elaborar auténticos paraísos naturales que permanecerán abiertos al público hasta el próximo domingo, 15 de mayo. Es la fiesta de las Cruces y Mayos, declarada de Interés Turístico Regional y que aspira a lograr el rango de nacional. 

Una tradición en la que no solo se implica la gente mayor del pueblo, también los más jóvenes. Ellos son el futuro de esta fiesta que forma parte del patrimonio etnográfico de Castilla-La Mancha y que cada vez tiene más adictos. Almudena Laguna es una de esas jóvenes que se ha estrenado este año en la elaboración de la Cruz. Lo ha hecho junto con otros 14 amigos que se han unido en la peña que han dado por nombre Los Castilleros. En un garaje alquilado a la entrada del pueblo, una Cruz en forma de cascada atrae la curiosidad de numerosos visitantes. Y es que la satisfacción de ver que la gente se queda embriagada es «la mejor recompensa a semanas de intenso trabajo», donde muchas son las ocasiones en las que el día se alarga hasta la noche. Su elaboración, reconoce, no ha sido fácil. Todos han sido aprendices, pero con imaginación, ingenio y ayuda de los más veteranos han sido capaces de llevar al visitante a un escaparate único de belleza de intenso color rosa púrpura. Lo más costoso, reconoce Almudena, ha sido pinchar el brezo en la alambrera, «algo que nos ha llevado bastante tiempo». También, argumenta, porque era el primer año y «todo ha sido novedad». 

Pero en Piedrabuena no solo se elaboran estas cruces, conocidas como las de brezo, pues también están las de tela, que se montan en las habitaciones o grandes espacios de viviendas particulares. De ellas se encargan los más mayores y se emplea el raso, la seda o el algodón, que colocados delicadamente conforman una estancia luminosa y llamativa de colores en los que suele predominar el blanco, crema, amarillo, rosa, salmón, azul o violeta. Tampoco faltan las flores. Gladiolos o claveles ayudan a conformar el altar, que es adornado también con candelabros, jarrones y floreros a los que se suman otros elementos religiosos. Diferentes decoraciones con un elemento común, la Cruz. 

Cantos y cruces para vivir mayo Cantos y cruces para vivir mayo - Foto: Tomás Fernández de MoyaSagrario del Hierro y Aurora Jiménez observan con admiración el resultado de un trabajo bien hecho que comenzó a finales de marzo. Telas tensadas que conforman el techo, una de las labores más complicadas, y las paredes. Para ello, señalan, se han empleados unos 40 metros de tela y algo más de medio kilo de alfileres. «Las cruces de brezo tienen mucho trabajo porque hay que ir a por los materiales al campo pero no tienen nada que envidiar a las de tela, que tienen también su complicación y dificultad y conllevan muchas dosis de paciencia», reconocen en una de las habitantes de la Asociación Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP) en la que han montado la Cruz. Ya de pequeñas, recuerdan con nostalgia, jugaban a decorar una Cruz, tradición de siglos que se ha ido transmitiendo de generación en generación, pero temen que las confeccionadas en tela se pierdan en el tiempo, ya que «la gente joven trabaja más con las de brezo». 

No hay concurso. Todas, este año hay un total de quince, tienen el reconocimiento del público, los vecinos y del Ayuntamiento, que ayuda a su elaboración con una subvención de 1.500 euros. Una cifra, lamentan algunos de los artífices de la ornamentación, que no alcanza a cubrir los gastos que conlleva su elaboración. Al desembolso de un local de alquiler se suma los bombeos de agua, los focos y algunos otros materiales que se adquieren para su confección. 

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Cantos y cruces para vivir mayo - Foto: Tomás Fernández de Moya
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Cantos y cruces para vivir mayo - Foto: Tomás Fernández de Moya

En Piedrabuena, las cruces sin mayos y los mayos sin cruces no son nada. Por ello, durante estos días también es posible disfrutar de los mayos que cantan las rondallas de mayeros y que en la localidad son especialmente reconocidos por el peculiar ritmo sonoro con el que son interpretados, al utilizar como percusión una baqueta y un clavo. Algo que conoce muy bien Óscar Cabrera, que a sus 24 años los mayos se han convertido en una de sus pasiones. Su ritmo pegadizo le llamó ya la atención de joven, cuando con 16 años le empezó a entrar ese gusanillo por los mayos. Desde entonces, forma parte de la rondalla Cruz de Mayo. Llevar el ritmo del mayo y saber la letra son para García los principales requisitos para mantener esta tradición que mira en conseguir la declaración de Interés Turístico Nacional, pero también en el próximo año, cuando mayo se vuelva a llenar de cantos y cruces.