Se trata de un proyecto que tiene detrás a nombres como Manuel Ruiz Toribio, Pablo Lorente, Jesús Monroy, Ramón Peco (a la derecha en la imagen) o Francisco Gálvez (a la izquierda). Los dos últimos, profesores también en la escuela de Artes Pedro Almodóvar, hablan con La Tribuna sobre la revista que va a publicar el colectivo. Una edición que saldrá de forma periódica y que se presenta este viernes a las 19 horas en el Museo de la Merced.
¿Qué es Foto Colectiva?
F. Galvez. Foto Colectiva trata de ser un espacio de encuentro para la fotografía, y que cualquiera pueda sumarse.
R. Peco. En los orígenes de Foto Colectiva nos une el interés por los fotolibros. Se vive un momento en que el fotolibro es un género más asentado. De hecho hay una red de Photo Book Clubs, con varios muy activos en España, y respondemos a esas características.
¿Cómo y cuándo surge?
RP. Surgió en 2021. Hubo una chispa, como con todo, con Manolo Toribio y yo, que estábamos haciendo algún proyecto juntos y fuimos pensando en la posibilidad de crear este espacio de encuentro. Empezamos a hacer algunas actividades como el encuentro con Carol Alfaraz, fotógrafa que estuvo en la guerra en Siria, y luego hemos hecho la presentación de un libro, firmado por mí, que era Trampa para Pájaros y la publicación es lo tercero que hacemos. Estamos intentando que lo que hagamos tenga cierta calidad, no pensamos en un ámbito local, aquí hay gente de Ciudad Real, de Albacete, de Orihuela o Bilbao. La idea es que sea abierto.
¿Cómo va a ser la revista de Foto Colectiva?
FG. La idea de hacer la revista lleva un tiempo y faltaba definir la temática, el formato, distribución y venta. La primera tirada va a servir de testeo, para ver la reacción de la gente y queremos hacer varias presentaciones, además de la de Ciudad Real, e intentaremos que la gente la conozca y los que se animen la puedan comprar. La idea es además llevarla a librerías especializadas.
¿De dónde surge la idea de sacar una revista de fotos en los tiempos de Instagram?
RP. Francisco tiene al inicio de la revista un texto donde dice que el papel ha venido a rescatar a la fotografía. En el año 2022 tenemos acceso a un montón de imágenes, pero somos muy rápidos mirando cosas en internet, pasando imágenes, no reparamos en ellas. El papel frena eso. Aquí lo que se ha intentado hacer es un discurso colectivo, que no se agrupa por autores, sino que se agrupa de otra manera, estableciendo otro tipo de diálogo y lo milagroso para mí es que funciona.
¿Cómo se hace que la fotografía sea arte cuando todos somos fotógrafos gracias a las redes?
RP. Como decía se trata de parar la mirada. Cuando estás mirando un 'timeline' de Instagram normalmente estás pasando y vas a reparar en ciertas fotos. Al sacar una revista en papel, das protagonismo a las fotografías, y tenemos a los autores al final. Hay palabras que simplifican mucho la fotografía, como la palabra 'fotón', que se usa mucho, pero es una palabra empobrecedora, porque de alguna forma premia las fotos espectaculares, que chocan. Luego hay otro tipo de fotografía, que, a veces, necesita un soporte impreso para contarte un discurso y es una cuestión en la que el diseñador trabaja con una serie de imágenes e intenta crear un resultado.
¿Cómo se crea ese discurso con imágenes?
FG. El primer obstáculo es el papel, que no tiene que ver con los originales fotográficos al uso. Para establecer esa narración, se trata de ver esas fotos y esas relaciones sinérgicas que puede haber entre ellas. ¿Qué clase de significado tienen aunque pueda ser superficial entre una cosa y otra?