La economía de Castilla-La Mancha puede terminar el año en los niveles que tenía antes de la pandemia. Es una de las conclusiones que se pueden sacar consultando el primer informe de previsiones económicas para la región que ha realizado Unicaja Banco (recientemente integrada con Liberbank) con Analistas Económicos de Andalucía. En 2020, el año que llegó el coronavirus, el PIB regional cayó un 8 por ciento. El pasado año se recuperó bastante, con un crecimiento del 5,3 por ciento. La previsión que hace este informe indica que en 2022 se podría completar esta recuperación, pues se estima que terminaría el año creciendo otro 4 por ciento. 

Se trata de un objetivo que Castilla-La Mancha estaría rozando con los dedos, pero que se le podría escapar. El informe de Unicaja avisa de que «la incertidumbre es muy elevada». Apunta directamente  a la evolución de la guerra en Ucrania y «las decisiones que puedan adoptarse para mitigar su impacto», pero también a la incertidumbre que sigue latente por la pandemia. Habla de riesgos por repunte de los precios o cuellos de botella de suministros, algo que se lleva arrastrando durante meses, pero también se juega con el efecto positivo de los fondos europeos para contrarrestar esta crisis. 

La previsión en términos de empleo es que crecerá un 2 por ciento en 2022 (en 2021 lo hizo un 6,1 por ciento). El paro quedaría a finales de año en un 14,6 por ciento (en 2021 estaba en 15,6 y en 2020 en 17,7). 

¿Qué juega a favor y qué en contra?

Consumo privado. El informe detecta una ralentización desde el tramo final de 2021, influido por los precios y el repunte de Covid de Navidad.

Inversión empresarial. El estudio destaca que este factor va al alza en cuestiones como la confianza empresarial o la producción industrial. 

Compraventa viviendas. El incremento es el más elevado desde 2008 y ese buen comportamiento se ha ido manteniendo en 2022.

Exportaciones. Siguen en racha. El informe destaca el aumento de productos farmacéuticos, plástico y aluminio.