El sepulcro de don Fernando Alonso de Coca

Rafael Cantero
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Su vida eclesiástica empezó en Ciudad Real como párroco de la iglesia de San Pedro, encargándose de dirigir parte de la construcción del templo parroquial, motivo por el cual, posiblemente, determinó la elección del lugar de su enterramiento

El sepulcro de don Fernando Alonso de Coca

Fernando Alonso de Coca, fue chantre (canónigo que dirigía el coro) de la catedral de Coria (Cáceres), capellán de los Reyes Católicos, confesor de la Reina Isabel I de Castilla y canónigo en Sigüenza (Guadalajara), donde participó en todo lo relativo a las obras de construcción de la Catedral de esta ciudad. Su vida eclesiástica empezó en Ciudad Real como párroco de la iglesia de San Pedro, encargándose de dirigir parte de la construcción del templo parroquial, motivo por el cual, posiblemente, determinó la elección del lugar de su enterramiento. Su tumba se encuentra en la capilla funeraria de don Fernando de Coca (actual capilla del Sagrario) de la iglesia de San Pedro. Su sepulcro está levantado en un nicho abierto en el muro sur de la capilla, bajo un arco semicircular de doble arquivolta, en cuyo extremo aparece un escudo familiar. 

El sepulcro propiamente dicho se apoya sobre un basamento moldurado soportado por tres leones y dos cabezas de perro. Sobre el lecho descansa una talla en alabastro de la imagen de don Fernando de Coca, que está orientada hacia el altar. El difunto aparece en la escultura vestido con las ropas propias de su condición de clérigo: alba, casulla y manípulo, las dos últimas con motivos vegetales muy detallados y con los bordes recorridos por un cordoncillo con dibujos de perlas. Su cabeza está cubierta con bonete y apoyada en dos almohadas lisas con borlas en los extremos. El rostro está muy caracterizado y sin rasgos cadavéricos. El borde de la cama es recorrido por una inscripción que atestigua que es la sepultura del chantre Fernando de Coca, «fundador e dotador de esta capilla», no llegando a completarse la fecha de fallecimiento. Las manos están trabajadas con un exquisito realismo y cruzadas sobre su cuerpo. La efigie del difunto se encuentra acompañada a sus pies por un paje reclinando su cuerpo. El sepulcro en su conjunto está considerado como una obra maestra en su género. Tanto en su propio sepulcro como en otros lugares de la capilla aparece repetido su emblema heráldico, un árbol entre dos leones rampantes.

Tradicionalmente, se ha venido señalando la semejanza del sepulcro de don Fernando de Coca con la famosa sepultura del Doncel de Sigüenza, ubicado en la capilla de los Arce de la catedral de Sigüenza, suponiéndose que se puede tratar del mismo autor.

El sepulcro de don Fernando Alonso de CocaEl sepulcro de don Fernando Alonso de Coca - Foto: Rueda VillaverdeEl recinto de la capilla funeraria contiene, además del sepulcro del fundador, dos lápidas en el suelo, de los padres del chantre, realizadas en mármol y grabadas con los escudos de los Coca, y un retablo esculpido en alabastro de estilo gótico dedicado a la Virgen de Loreto que preside el altar de la capilla. La iconografía del retablo es fundamentalmente de temática mariana, girando todo torno a la imagen de la Virgen de Loreto que preside la pieza. 

La capilla funeraria y el sepulcro de don Fernando de Coca es, en su modalidad, una de las obras más completas y atractivas del panorama artístico castellano de finales de la Baja Edad Media.

Actualmente, la capilla funeraria que mandó construir para su enterramiento y el de su familia don Fernando Alonso de Coca está convertida en capilla sacramental donde se encuentra el Sagrario.