«Esta obra nos retrata a todos»

Hilario L. Muñoz
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Miguel Rellán estará este viernes en el teatro Quijano (20.30 horas) junto a David Castillo, Fran Perea, Alfonso Lara, Juan Carlos Vellido y Silma López con la obra 'Retorno al Hogar'

«Esta obra nos retrata a todos»

¿Cómo llega a esta obra?

Ana Gelín, de Producciones Teatrales Contemporáneas, me llama por teléfono y me dice: Miguel, ¿quieres hacer un Harold Pinter con Daniel Veronese de director? Yo digo, ¿a quién hay que matar? Hay cosas que no se pueden negar. Con Ana Gelín, con la que llevo 60.000 producciones, con Veronese, que es un genio,y con Pinter, que es indiscutible.

¿Qué es lo que se van a encontrar los espectadores del Quijano?

Se van a encontrar una función dura, en la que el autor pide al espectador que la tiene que completar de una manera tangencial. Es como si usted y yo fuéramos por la calle, y, en un piso bajo se abre una ventana y vemos a una familia que discute, que evidentemente se lleva mal. No entendemos, por qué, ya que, de pronto, se ha abierto aquella persiana y a la hora y veinte se cierra y nos quedamos mirándonos. 'Oye, ¡qué familia! ¡Qué fuerte! Yo creo que el cuñado se está acostando con la hermana y el padre es el criminal'. Durante hora y media se va a abrir una ventana y vamos a asistir a las grandezas y miserias de una familia cuyos antecedentes no conocemos. Pero nada más empezar la representación ya sabemos que aquello va mal. Como dice Harold Pinter, lo que está haciendo es poner un espejo delante de los espectadores y decir: «Señores, esto más o menos son ustedes. No disimulen. Hagan autocrítica».

Esa familia que se desmorona, los hijos que vuelven a casa y un padre viudo, ¿es un reflejo del tiempo que vivimos?

Está escrito mucho antes de la pandemia. Lo que ocurre, es que el ser humano no cambia tanto. ¿En qué se diferencia la guerra de Ucrania con las Guerras Médicas o de Peloponeso? Que ahora van con unos drones y con un misil, y antes era con una antorcha y una espada, pero al final son para ver si me quedo con este territorio. Como dicen los clásicos, hay cuatro cosas: el amor, la muerte, el sexo y el poder. Los clásicos son clásicos y Harold Pinter es un clásico contemporáneo porque nos retrata a todos los seres humanos y porque nunca termina de decir todo lo que lleva dentro.

En estos días en que se cumplen tres años de la pandemia y surge la pregunta de si el COVID nos ha cambiado a mejor...

Yo conozco gente que ha hecho buena una frase de Churchill que decía: «El dinero no cambia a las personas, las descubre». Pues la pandemia, a algunos, los ha cambiado y a otros los ha descubierto. Por ejemplo, conocidos míos con crisis de ansiedad porque no saben estar solos en un ático luminoso, moderno. La pandemia no te ha cambiado, te ha descubierto. Estoy seguro de que hay otros a los que les ha hecho reflexionar, que han cambiado para bien. Lo que ocurre es que lo negativo hace mucho más ruido que lo positivo.

¿Y las artes han cambiado?

Hace relativamente poco leí un estudio que decía que se nota un cierto aburrimiento, por decirlo así, de lo audiovisual. Hay música y hay imágenes por todas partes. Las plataformas incluso permiten ver las películas a más velocidad, porque se tiene prisa, pero el teatro y la música en directo no te los puedes bajar de internet y te da opción de estar con otros seres humanos. No estar en el cuarto de tu casa en pijama o en calzoncillos con tu móvil. En el teatro, lo que está pasando, pasa en la realidad, hay dos seres humanos, a diez metros, que te ponen los pelos de punta por lo que está ocurriendo. El trapecista en el cine no se va a caer, en el circo no lo sabemos.