Endometriosis: No es maligna, pero deteriora los ovarios

Noelia Izquierdo (EFE)
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Los dolores menstruales muy intensos que se extienden por la pelvis, el abdomen o la espalda, con sangrados abundantes y a veces pérdidas entre períodos pueden poner sobre la pista de esta alteración

Dolores menstruales que se extienden por el abdomen o la zona dorsal en ciertas ocasiones y, en muchas, infertilidad. La endometriosis afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de la población femenina en edad reproductiva y es una enfermedad que aumenta con los años y no desaparece, pero sí puede disminuir su crecimiento, según explica el profesor José Remohí, presidente del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). El útero tiene una cavidad donde se implata el embrión y se produce el embarazo, tapizado por una mucosa que se llama endometrio. Esta mucosa, todos los meses, se descama y da lugar a la regla. Se vuelve a regenerar y 28 días después reanuda la descamación.

«La mucosa está formada por unas células, que solo existen ahí. Pero si estas células se implantan fuera del útero, sobre todo en los ovarios, se produce la endometriosis. Es la implantación del tejido endometrial fuera de la cavidad uterina», explica el presidente de las clínicas IVI.

Esta implantación desemboca, prosigue Remohí, en la formación de quistes, «popularmente conocidos como quistes de chocolate», por su aspecto. «Igual que la mujer tiene una regla por esa descamación, en esos implantes se produce una micro regla y hace que se vaya acumulando en forma de quiste», detalla.

La endometriosis tiene diferentes estadios. Va desde implantaciones del tamaño de una peca, con la que «no te enteras», hasta aquellas que generan grandes quistes y se debe recurrir a la cirugía.

Aunque se pueden dar en diferentes puntos, el profesor indica que el ovario y la cavidad abdominal son los lugares más frecuentes donde se genera.

En el caso de que se encuentre en el ovario, el experto comenta que los quistes que se forman merman el tejido ovárico y su capacidad de respuesta.

«Esos quistes, cuando se localizan en el ovario, van mermando el tejido ovárico, se van comiendo el tejido. No es una enfermedad maligna, no es cáncer, pero te va comiendo el órgano», lamenta. Sin embargo, aunque otra sintomatología puede ser causa de infertilidad, el profesor Remohí insiste en que esto no quiere decir que todas las mujeres con endometriosis sean estériles.

«Muchas de ellas se quedan embarazadas y no saben que tienen endometriosis. Pero la alteración sí es una causa de esterilidad», recalca. Una vez diagnosticado a través de una ecografía vaginal, detalla el experto, existen dos tipos de tratamientos para la endometriosis. Uno es el tratamiento médico, donde se elimina la acción hormonal temporalmente, es decir, deja a la mujer sin regla de forma temporal. «Se puede hacer de diferentes formas, bien una menopausia temporal o tomar anticonceptivos sin descanso. Eso sí, va a disminuir, pero no va a desaparecer», precisa.

Si este tratamiento no responde con los resultados deseados, se pasa a la cirugía. Sin embargo, Remohí recomienda que, en el caso de que la enfermedad afecte al ovario y a su función, las mujeres afectadas menores de 35 años opten por preservar su fertilidad a través de la vitrificación. A ser posible, añade, antes del tratamiento quirúrgico. «Es una enfermedad que va avanzando. Ahora puede estar en un estadio y dentro de tres años peor. Si vitrifican óvulos y conservan la fertilidad siempre van a estar en mejor calidad que tres o cinco años después», considera.

Buenos Resultados

La doctora Ana Cobo, directora de la Unidad de Criopreservación de IVI, presenta los resultados de una investigación que «pretende ayudar a especialistas en fertilidad y pacientes con endometriosis a establecer expectativas realistas respecto a sus posibilidades de éxito reproductivo».

El estudio Number needed to freeze: cumulative live birth rate after fertility preservation in women with endometriosis, muestra cómo, a medida que aumenta el número de ovocitos de la paciente, aumentan su posibilidades de éxito. Así, en pacientes menores de 35 años con endometriosis se alcanzó un 95 por ciento de éxito recuperando aproximadamente 20 ovocitos. Por otro lado, la tasa de recién nacido máxima se situó cerca del 80 por ciento en mayores de 35.

«La capacidad reproductiva está ligada a la edad. Es a partir de los 35 cuando la curva del número de óvulos que produce una mujer y la calidad de estos óvulos va descendiendo. Si a esto se lo unimos a una mujer con endometriosis, el cuadro es evidente», comenta el profesor Remohí