Jáuregui: «Quiero abogados en los gobiernos de mi país»

L.G.E.
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El periodista y autor de 'Los abogados que cambiaron España' reivindica que «los hombres de leyes son los que deben gobernar un país, mucho más que los economistas». Esta tarde ha presentado el libro en el Colegio de Abogados de Toledo

De izquierda a derecha Carmen Conde (decana emérita), Ángel Cervantes (decano del Colegio de Abogados) y Fernando Jáuregui - Foto: Yolanda Lancha

«Yo quiero abogados en los gobiernos de mi país». Este deseo, que expresó esta tarde el periodista Fernando Jáuregui, estuvo punto de habérselo trasladado directamente a Page, que ahora tiene que conformar gobierno. Pero Page, que tenía previsto asistir a la presentación del libro ‘Los abogados que cambiaron España’ en el Colegio de Abogados de Toledo, finalmente no pudo ir por motivos de agenda. De todas formas, por las alusiones que hizo durante toda su intervención, parece que el mensaje de Jáuregui iba más en clave nacional. Así que el que debería tomar nota es Pedro Sánchez, si es que consigue ser investido.

Jáuregui ha escrito un libro sobre los abogados que abrieron despachos laboralistas, los que pedían la amnistía y la abolición de la pena de muerte, los que se negaban a defender en los tribunales de orden público porque no los reconocían o los entraron en el Congreso y Senado en la Transición para hacer leyes que cambiaran un país.

«Aquellos hombres dieron la vuelta al Estado como un calcetín»,  expuso, «y en unas situaciones más difíciles que ahora, así que no me digan que ahora es más difícil hacer una segunda transición». Explicó que se encuentran con un país «dispuesto a ello», que quiere cambios. «Hay que adecuar la legislación vigente a la realidad», avisó.

Jáuregui dice que después de tantos años siguiendo la realidad, nunca ha visto controversias jurídicas como las de ahora. «A ver quién iba a imaginar que un señor en la cárcel iba a ser el más votado en Cataluña», expuso. Al respecto, dejó caer que la prolongación de prisión preventiva quizá le parece «excesiva» y que no cree que sea buena la judicialización de la política.

Por eso confía en que son «los hombres de leyes los que deben gobernar un país, mucho más que los economistas».