Fue uno de los sólidos pilares que sustentó durante casi tres décadas el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, un periodo glorioso. Isabel Barceló falleció ayer en Madrid. Su muerte ha conmocionado a gentes del teatro, sobre todo vinculada al Festival de Almagro, al que llegó de la mano de Amaya de Miguel.

Isabel Barceló conocía bien Almagro, una ciudad que hizo suya, como también su Festival de Teatro Clásico al que se dedicó por entero, en cuerpo y alma. Trabajó en la promoción y difusión del certamen.

 Empezó en el mundillo del teatro con el catedrático y reputado director de escena César Oliva, en el Teatro Romea de Murcia. Después pasó al Centro Dramático Nacional y más tarde al Festival de Almagro cuando estaba al frente Amaya de Miguel. Fue un gran fichaje al que Luciano García Lorenzo (director del Festival de 1997 a 2004) supo sacar partido.

Barceló trabajó mucho por Almagro, por el Festival. Pero el ritmo frenético de este certamen internacional, su plena dedicación y atención, no le impidió a Isabel disfrutar de las noches de Almagro, de su cine de verano, tertulias en las terrazas y, por supuesto, del Festival. Isabel deja un gran vacío.