Teatro para integrarse en el nuevo hogar

D. F.
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Ciudadanos españoles y extranjeros participan de una iniciativa del Teatro de la Sensación para facilitar la integración de los refugiados e inmigrantes desde el campo de la cultura

Teatro para integrarse en el nuevo hogar - Foto: Tomás Fernández de Moya

Una veintena de personas se reúnen en la sala del Teatro de la Sensación, se descalzan y siguen atentamente las instrucciones de Elena Mora, que les hace colocarse en un círculo mientras le plantean pequeños ejercicios que poco a poco se van complicando.

Son los primeros compases de una tarde en la que jóvenes llegados de varios países de África se juntan con participantes de América Latina, Europa y por supuesto España con el objetivo a medio plazo de crear una perfomance que se estrenará el próximo 10 de diciembre.

El director del Teatro de la Sensación, Miguel Muñoz de Morales, observa que este proyecto es fruto de una propuesta realizada por la sala ciudadrealeña ante la asamblea de la Red de Teatro Alternativos, celebrado en el centro social Okupado La ingobernable.

La propuesta parte de la consideración de que a la hora de diseñar políticas de acogidas para migrantes, deben incluir mecanismos para la integración cultural en la sociedad de acogida, en especial en lo referido a la cultura local.

En este sentido, Muñoz de Morales alerta de que diferentes localidades donde está implantada la Red de Teatros Alternativos.

Por su parte, Elena Mora observa que el objetivo de esta propuesta es «crear un espacio de encuentro entre las personas que vienen de fuera y las personas que están aquí en Ciudad Real para que se establezca un diálogo a través del arte».

Al mismo tiempo, los participantes en Ciudad Real trabajan en un propuesta escénica que harán realidad el próximo 10 de diciembre, coincidiendo con el Día de los Derechos Humanos.

Mora detalla que la propuesta no sólo afecta a inmigrantes «también se dirige a personas excluidas, que no tienen hogar o están en riesgo de exclusión por otras características».

Aunque los asistentes más fieles a la actividad son sobre todo refugiados e inmigrantes, la monitora detalla que hay personas implicadas que proceden de asociaciones como el Secretariado Gitano, de la Asociación de Vecinos de la Plaza de Toros, estudiantes Erasmus y personas del Movimiento por la Paz, entre otras, hasta formar un tercio de los participantes.

Mora define su tarea como una forma de «favorecer el diálogo, darles herramientas de expresión, dado al principio hay una barrera idiomática, y mediante la danza, el teatro... se establece ya una comunicación, no es necesaria palabra, aunque después se produzca un esfuerzo por hablar un poquito mejor el español».

Entre las nacionalidades representadas en esta actividad, Mora enumera: «Lituania, Francia, Reino Unido, Colombia, Palestina, Guinea Conakry». A las que valora, «por todo lo que pueden aportar al tejido cultural y social».

Una aportación importante al desarrollo del taller la está teniendo Ibrahim, un joven de Guinea Conakry que llegó como refugiado en una patera. Él sirve de mediador entre la mayoría de participantes que ignoran la lengua de Cervantes y los españoles y latinoamericanos, incluida la propia Elena Mora. En una conversación con La Tribuna, Ibrahim reconoce que siempre se ha sentido atraído por las actividades culturales, «cuando estaba en Guinea Conakry, también». El intérprete admite que su participación en esta propuesta es también «una forma de conocer a otras personas».

Desde otra óptica, la española Gema se toma su participación en la Escuela Oasis como «un aprendizaje para todo, creo que todo lo que se enseña mediante el arte, la danza, el teatro, al final alcanza un lenguaje universal y eso es muy útil en un programa de acogida».

Por su parte, Juan Carlos, natural de Colombia, reconoce que es la primera vez que participa en una experiencia de estas características, pero se muestra muy feliz de formar parte del proyecto.