El abono y el viento extienden un mal olor por Ciudad Real

Hilario L. Muñoz
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Como ocurriera en la primavera de 2014, el estiercol se ha convertido en tema de conversación en la capital

Un tractor, en plena faena. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El viento y la lluvia esquiva en la capital y su entorno ha provocado que el abonado de los campos cercanos se haya convertido en un tema de conversación en la capital.  Las redes sociales se llenaron de mensajes sobre el mal olor que había en algunos barrios no solo de Ciudad Real, sino también en puntos cercanos como Miguelturra. La concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, recordó que se trata de un olor normal cuando una ciudad está rodeada de entornos agrícolas como la capital. Boadella explicó que por el olor se puede saber que no son los desagües, porque no se trata de que haya habido «pocas lluvias», sino que no se han producido en este tiempo.  

otras ciudades. Ciudad Real no es la única ciudad en la que se esté hablando de esta situación, ocurre lo mismo en Jerez o Sevilla en estas fechas, donde el viento y la lluvia unidos a las labores agrícolas ha propiciado que sean muchos los vecinos que se hayan quejado.

De hecho, en Ciudad Real ya se vivió una situación parecida en el año 2014. En aquella primavera, durante un pleno escolar preguntaron a las entonces alcaldesa, Rosa Romero, por el fuerte olor de la ciudad y aunque se pensó en un inicio que podría ser por el abonado en parques, se vio que fue la utilización en una finca en el límite del casco urbano de estiércol lo que había provocado la pestilencia.