Todas las hipótesis siguen abiertas

G.K. (SPC) - Agencias
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Varios informes recientes señalan que el SARS-CoV-2 salió de un laboratorio de Wuhan, pero su origen es todavía una incógnita

Todas las hipótesis siguen abiertas - Foto: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay

El primer sospechoso fue el murciélago, después el pangolín. El mercado de Wuhan (China), donde se comercializaba con animales salvajes vivos, estuvo desde el principio en el foco, pero también se teorizó sobre una posible fuga de un laboratorio o, incluso, que todo fue un plan para diseñar un arma biológica. Más de tres años después de la llegada de la pandemia, aún existen muchas dudas respecto al origen del coronavirus y «todas las hipótesis siguen sobre la mesa».

Así lo asegura el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, que insiste en que el organismo no descarta nada y sigue «trabajando» para esclarecer el inicio de la emergencia sanitaria. 

Sus palabras se producen después de las numerosas acusaciones estadounidenses de las últimas semanas que apuntan a un «posible incidente» en un laboratorio de Wuhan. Primero fue el Departamento de Energía de EEUU, que concluyó a finales de febrero que la COVID-19 «muy probablemente» se originó por una fuga. Un supuesto que lleva tiempo defendiendo la Policía federal estadounidense (FBI), que reitera de nuevo su postura.

Desde Pekín, no obstante, acusan a Washington de «no tener credibilidad» alguna y las autoridades insisten en que la probabilidad de un fallo humano es «extremadamente improbable».

Al hilo, el director de la OMS pide «transparencia» a los países a la hora de compartir información, «no para culpar a nadie», sino para comprender cómo empezó todo porque es «científica y moralmente correcto». En primer lugar, para «prevenir la próxima pandemia», pero también por su deber y respeto hacia las «millones de personas que perdieron la vida». Por eso, insiste, «no pararemos».

La investigación del organismo comenzó más de un año después de la irrupción del SARS-CoV-2. La institución envió en enero de 2021 a un equipo internacional de expertos para estudiar el origen del virus a Wuhan, donde se detectó por primera vez. Tras una revisión inicial, se publicó un informe que contemplaba cuatro escenarios sobre la aparición del coronavirus, si bien uno de ellos acaparó toda la atención. Según el documento, lo más probable era se hubiese propagado de los murciélagos a los humanos a través de una especie intermediaria.

El primer candidato fue el pangolín, aunque hurones, visones, gatos, mapaches y un largo etcétera de animales que dieron positivo también estuvieron en el foco. Sin embargo, la OMS no ha podido determinar aún qué fue lo que pasó.

¿Arma biológica?

Menos probable parece que el virus fuese diseñado de forma intencionada como un arma biológica, la teoría favorita entre los conspiranoicos. De hecho, numerosas agencias de inteligencia internacionales -EEUU entre ellas- ya descartaron esta posibilidad hace tiempo.

Por el momento, todo apunta a la fuga de un laboratorio o la transmisión de animal a humano. Pero, como sostiene la OMS, «todas las hipótesis siguen abiertas».