Sinopsis oficial
Un matemático, obligado a jugar una partida de ajedrez entre EE UU y la URSS, se ve envuelto en una trama de espionaje durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962.
La crítica -
Por Juana Samanes
El juego más frío nos sumerge en la crisis de los misiles, del año 1962, que resultó ser un episodio crucial dentro de la Guerra Fría. No obstante recuerda ese momento histórico de una forma bastante singular, a pesar de estar basado en hechos reales, mediante un antiguo genio de las matemáticas americano, en plena crisis existencial, que es reclutado como jugador para enfrentarse a una partida de ajedrez crucial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, mientras se ve inmerso en una peligrosa misión, encargada por la CIA, donde su objetivo es ponerse en contacto con el espía infiltrado en las filas soviéticas.
Se trata de un thriller de estilo clásico, con escenas de gran dureza, mientras ofrece una visión optimista del ser humano al demostrar la existencia de ciudadanos justos, con madera de héroes, capaces de enfrentarse a gigantes. Que uno de esos personajes sea polaco entra dentro de la lógica, no sólo porque los ciudadanos de ese país fueron los que más se enfrentaron a los comunistas, antes de la caída del muro, sino porque la película es una coproducción entre Polonia y Estados Unidos.
Protagonizada por Bill Pullman (Mientras dormías), el actor que en un principio iba a encarnar al personaje principal era William Hurt, quien tuvo que ser sustituido unos días después de que comenzará la filmación tras romperse una pierna. Pullman está bien respaldado por actores europeos de fuste como Aleksey Serebryakov (Leviatán)
Rodada en Varsovia, donde se conservan edificios mastodónticos muy representativos de los regímenes soviéticos, el desarrollo del film nos sumerge en una intriga donde nada es lo que parece y donde las jugadas de la partida de ajedrez tienen también su enjundia. Se emite en Netflix