Sinopsis oficial
El director ganador del Oscar Ron Howard presenta a la audiencia la voz, el hombre, la leyenda: Luciano Pavarotti. Creada a partir de una combinación de personalísimas actuaciones de Pavarotti y el acceso a imágenes inéditas, la película proporciona al público un íntimo retrato del más querido cantante de ópera de todos los tiempos.
La crítica -
Por Juana Samanes
Doce años después de la muerte de Luciano Pavarotti, se estrenó este documental que reúne momentos especiales de la vida profesional de este increíble tenor, con testimonios de compañeros y entrañables amigos como Placido Domingo y Josep Carreras, con los que compartía esa gran aventura que denominaron Los Tres tenores, con la que dieron la vuelta al mundo en conciertos multitudinarios. Pero también de su vida personal, donde queda patente su carácter afable, simpático y también mujeriego. Así, asombra que Howard haya conseguido que hablaran a cámara de Luciano las mujeres más importantes de su vida: su primera cónyuge, sus hijas, su amante (una compañera de profesión) y su segunda esposa, Nicoletta Mantovani, mucho más joven que él. También conocemos, de primera mano, la importante labor social y humanitaria que realizaba porque, en concreto, para los niños enfermos siempre tenia tiempo para visitarles y apoyar con su Fundación las mejoras en su curación.
Evidentemente sacar a la luz datos íntimos de su vida personal, llena de luces y sombras, agradará a los aficionados a la prensa rosa, pero lo realmente atractivo, al menos para los melómanos, será poder recuperar actuaciones estelares de su carrera, recogidas en pocos documentos audiovisuales, donde demostró, desde muy joven, que era el número uno debido a su preciosa y potente voz. Viendo este film cualquier amante de la música vuelve a emocionarse con la sentida interpretación de Pavarotti del aria final de Turandot: Nessum Dorma. Muchos han intentado igualarle pero su secreto a voces es que él sentía lo que cantaba, a pesar de que cualquier actuación le ponía nervioso y era para él una prueba, de ahí su frase “vamos a morir”.