Justo antes de que estallara el boom del ladrillo, los datos de afiliados extranjeros no comunitarios, habían alcanzado su mayor cifra, llegando a las 7.000 personas contratadas. Una cifra que fue cayendo al ritmo que se destruía el empleo hasta que tocó suelo en febrero de 2016. Entonces eran apenas 3.500 trabajadores, la mitad. Desde esa época hasta hoy se ha producido un incremento del empleo que ha provocado que este verano, por primera vez, se recuperen esa colonia de 7.000 trabajadores no comunitarios en la provincia. En agosto se llegó a la cifra más alta de la última década, con 7.259 dados de alta en la Seguridad Social. De ellos, aproximadamente, un millar son autónomos y, aunque la construcción, hostelería y agricultura siguen siendo las principales áreas, sus trabajos se van diversificando y casi un millar se encuadran en el mundo de los comercios.
Para la secretaria de empleo regional de CCOO, María Ángeles Castellanos, los datos de empleo de extranjeros en la provincia tienen que ver «con el incremento del empleo en general en Castilla-La Mancha». «El dinamismo de la economía y el dinamismo del empleo también está llegando a las personas extranjeras», señaló. Con todo, aunque se trabaje en el ámbito agrícola, desde el sindicato recordaron que «la reforma laboral también ha llegado a las personas de origen extranjero» y se han encontrado empleo en muchos ámbitos, en sectores temporales que se han abierto a los contratos indefinidos. «Hay otras secciones de actividad donde las personas extranjeras tienen mucha presencia, como por ejemplo en la industria agroalimentaria», donde existe una mayor contratación indefinida, más de un millar de personas trabaja en ese ámbito en la provincia.
Desde el sindicato se apuntó que este aumento del empleo de personas extranjeras seguirá en el tiempo, por la situación económica y social de la región. «Estamos en un momento en el que hay posibilidades de crecimiento económico», por una parte, y hay «un envejecimiento de la población y también de despoblación», por otro. «Son las personas de origen extranjero las que en los últimos años han hecho aumentar la población de Castilla-La Mancha y las que también pueden jugar un papel muy importante».
Edison Alfredo Sopa, en la nave de Las Ideas del Ático - Foto: Rueda VillaverdeEmpleados ciudadrealeños. Muchos de esos trabajadores son ya ciudadrealeños de adopción que llevan entre nosotros varias décadas. Por ejemplo, Esteban Madrid es un trabajador autónomo, que reparte productos de la firma Bimbo por la provincia y que empezó en ese trabajo hace años, cuando levantarse de madrugada para hacer reparto era un empleo que no todo el mundo quería. Llegó de Colombia con 15 años y aquí ha hecho su vida. Casado y con dos hijos, asegura que «siempre he tenido muy claro mis objetivos en la vida y me he dedicado a estudiar y a trabajar desde que tuve la mayoría de edad». Para él, su «currículum» ha sido el modo de encontrar empleo, sin que nadie le haya planteado dudas por su nacionalidad.
También casado y con dos hijos está Edison Alfredo Sopa, ecuatoriano de 45 años, con dos décadas a su espalda y un largo curriculum. «Llegué un lunes a España y el martes estaba trabajando en la aceituna», indica. Ahora es un trabajador de Las Ideas del Ático, ya que cuenta con formación en trabajos manuales en su país, de donde se vino tras el servicio militar. «Aprendí a soldar, a montar y luego aprendí a hacer las letras corpóreas», indica, como muestra de un aprendizaje continuo para mejorar su empleo en España. Aquí se casó, con su mujer, también ecuatoriana, que estaba trabajando en la hostelería. «Ha llegado mucha más gente» de otros países a la provincia, reconoce, y pone el ejemplo de la cantidad de establecimientos latinos que hay y que no existían cuando él llegó.