Más de 2.000.000 de jornadas laborales se perderán en este 2023 debido a las bajas por enfermedad en la provincia de Ciudad Real y supondrán un coste, solo en indemnizaciones, que rondará los 80 millones de euros. Se trata de datos que aporta la Seguridad Social, por primera vez como estadística oficial, al sumar a las cifras que venía aportando del número de bajas o el tiempo medio de incapacidad, el coste que supone al sistema estas bajas, abriendo la puerta a saber el coste de la incapacidad temporal y que las empresas puedan comparar las provincias en las que hay menos y más absentismo laboral.
Los datos hasta junio señalan que, de mantenerse, la tendencia actual, el número de procesos de baja iniciados en este 2023, aumentará más de un 10% respecto a las cifras de 2022, con unas 287 bajas iniciadas por cada mil trabajadores, cuando al cierre del año pasado, la cifra se situó en 255. Hasta junio se han perdido 1.103.565 jornadas de trabajo, tanto por los procesos iniciados en los primeros seis meses, como por los acumulados, que vienen del año pasado, con un coste pagado por el sistema de incapacidad de 39.330.180 euros en indemnizaciones. De esta cuantía, casi medio millón proceden aún a bajas debido al coronavirus, según el Ministerio.
Hasta ahora se desconocía la magnitud económica de estas bajas, hasta que este año se ha cambiado el sistema de comunicación, haciéndose más automático: el médico envía los partes directamente a la Seguridad Social, posibilitando estos análisis, que, hasta ahora, hacían las asociaciones de mutuas o algunas comunidades autónomas por su cuenta. Por este motivo, en la provincia de Ciudad Real, los últimos datos de este ámbito que se tienen constancia proceden del año 2018, hace un lustro exacto, cuando la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo presentó el que ha sido su último informe del coste del absentismo laboral. Entonces, apuntó que el coste del pago por incapacidad temporal de contingencias comunes se situaba en los 67 millones de euros, por lo que los 78,6 millones que se abonarán, de seguir el ritmo de estos seis meses, supondrán un aumento del 17 por ciento en el pago de incapacidades temporales en apenas cinco años.
Una diferencia respecto a aquellos datos se encuentra en el número de días que de media dura la incapacidad temporal, situándose en los 57,98, una semana menos de lo que implicaban los procesos de incapacidad temporal que habían finalizado en aquel 2018, y que se situaban en los 64. Con todo, la cifra de duración de las bajas laborales en la provincia ha aumentado en este 2023 respecto al año pasado, en que se tocó suelo. Fue el año en que menos días de media hubo por enfermedad, con 54,93 jornadas, poco más de mes y medio. De aquel informe de 2018 se deduce que los datos de incapacidad temporal, no tienen que ver con la edad de los trabajadores, sino con otros aspectos. En el análisis de las mutuas, el mayor número de partes se da entre la población de 36 a 40 años, por encima, por ejemplo, de los mayores de 50 o de 60 años. Este aspecto es una característica que ocurre en todos los ámbitos, también en el regional y en el nacional.
Menos y más que la media
Los datos de la provincia de Ciudad Real, pese a lo abultado, muestran una provincia que se sitúa entre las que menos cuestan las bajas laborales, al relacionarlas con su mercado laboral. En concreto, suponen un coste de 37,28 euros por trabajador, cuando la media nacional es de 42,34 euros. En este sentido, Castilla-La Mancha es la segunda comunidad autónoma donde menos cuestan las bajas laborales por trabajador: 37,04 euros por empleado. Solo en Islas Baleares el pago es aún menor. En la región, el coste a mitad de año es de 169,3 millones de euros, con Toledo, como provincia destacada, con 59,2 millones pagados por incapacidades. Ciudad Real es la segunda en pago de indemnizaciones en Castilla-La Mancha. Eso sí, en lo que la provincia destaca respecto a la media nacional es en el número de jornadas laborales que se han perdido debido a la enfermedad. La media es de 6,3 días de empleo perdidos por trabajador, se sitúa unas décimas por encima de la media nacional. El dato está muy lejos de cifras como la de Guipúzcoa, donde el coste de la incapacidad temporal, es de los mayores de España y se han perdido de media 10 jornadas, por empleado contratado.