Las autoridades belgas arrestaron ayer a dos yihadistas que estaban planeando atentar en la sede de la Comisión Europea en Bruselas, según señalaron fuentes de la radiotelevisión pública holandesa NOS.

La Justicia del país tiene pruebas de que los dos radicales, un hombre y una mujer de origen turco residentes en La Haya, tenían el proyecto de atacar el Ejecutivo comunitario, según las fuentes citadas por NOS.

A principios de agosto, ambos fueron detenidos en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem, el mayor de la capital belga, cuando regresaban de Turquía, tras haber estado varios meses en Damasco.

Ambos están acusados de participar en un grupo terrorista, violación de la Ley de armas y de financiación del terrorismo.

Por su parte, la Policía holandesa registró cuatro casas en La Haya, donde confiscó numeroso material yihadista.

Los sospechosos, además, mantenían otro domicilio más en la capital, donde también se encontraron varias armas de fuego y un chaleco antibalas. Por ello, las autoridades holandesas y belgas creen que «pueden existir redes terroristas en ambos Estados, Holanda y Bélgica. Por ello iniciaremos una nueva investigación en esta dirección», señalaron.

El periódico flamenco Tijd y el francófono belga L’Echo informaron, también, de que Bélgica ha logrado truncar varios atentados planeados por excombatientes en Siria y simpatizantes del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en su territorio.

Varios sospechosos detenidos en relación con estos posibles ataques siguen encarcelados, según estos medios, cuyas fuentes apuntaron a que los potenciales golpes terroristas podían haber sido «comparables» al sucedido en el Museo Judío de Bruselas el 24 de mayo, cuando fueron asesinadas cuatro personas.

Pocos días después se detuvo, en Francia, al presunto autor del ataque, el franco-argelino Mehdi Nemmouche, sospechoso también de haberse integrado en Damasco en el grupo yihadista EI. L’Echo calcula que, al menos, 90 belgas han participado en combates en Siria y han regresado a Bélgica. Además, señaló que hasta 400 nacionales podrían haberse desplazado al país asiático para unirse a los combates.

Por otra parte, la esposa de un rehén británico en manos del grupo extremista pidió a los secuestradores que liberen a su esposo. «Él es una persona pacífica, desinteresada, que estaba en Siria solo para ayudar a personas con necesidades», argumentó la mujer.

«Rezo porque las personas que retienen a mi marido respondan a mis mensajes», añadió.