Miguel Ángel Caballero Klink, responsable de la empresa ciudadrealeña Anancus, dedicada a la reproducción de toda clase de maquetas de animales, se dio cuenta de que el huevo de dragón que le había pedido la firma de publicidad Grey Spain estaba destinado al Real Madrid CF, cuando recibieron unas camisetas de la marca Adidas, en color negro y con el inconfundible escudo del último campeón de la Champions League. La prenda tenía también un dragón estampado que llegado el día, debía verse saliendo del cascarón en la tienda oficial del club madrileño.
El encargo se había recibido unos días antes, «nos pidieron presupuesto y les sorprendió mucho que trabajáramos en agosto». Una vez firmado el acuerdo se empezó a trabajar sobre esa idea del huevo, pero «ya sobre la marcha nos dicen: ¿podéis hacer cinco huevos más?», a lo que poco después siguió la idea de hacer una cabeza de dragón según el mismo diseño que Yohji Yamamoto realizó para Adidas. El cuerpo del monstruo, de seis metros de largo, es un perchero de media altura del que cuelgan las ya famosas camisetas negras. Esta es la cabeza de dragón con la que se están fotografiando jugadores del equipo blanco y algún que otro seguidor célebre.
Caballero se confiesa seguidor del Real Madrid, aunque sólo «un simple aficionado», nada que ver con alguno de sus empleados que «es casi un fanático del fútbol y del Real Madrid, que ha estado trabajando encantado de la vida, echara las horas que echara». Claro que el propietario de la empresa subraya: «Tengo un equipo de gente fantástico, que ha trabajado con intensidad y muchos días parando sólo una hora para comer».
Miguel Ángel Caballero Klink, con una de la figuras elaboradas para una exposición de dinosaurios. - Foto: Rueda Villaverde El responsable de Anancus, acostumbrado a trabajar especialmente para museos y grandes exposiciones culturales, comenta que la gran diferencia a la hora de trabajar en el campo de la publicidad deportiva. «Toda la documentación y las imágenes que les hemos pedido las hemos recibido de un modo totalmente ortodoxo y rápido», afirmó.
De esta forma recibieron todo un juego de imágenes en 3D tal y como lo quería el autor del diseño «y tal y como querían que estuviera en la tienda». En cambio, el ritmo de trabajo fue mucho más rápido, «pero a la vez se ha trabajado de una forma muy agradable porque hemos recibido muy buen trato y nos han dejado aportar y trabajar». Por ejemplo, en algunas cuestiones técnicas como la distancia de la cabeza del dragón al bastidor, fue determinante la opinión de Caballero Klink.