No hace mucho tiempo, la obtención de un título universitario suponía abrir una puerta casi directa al mercado laboral que, sin embargo, ahora, con la crisis, parece más complicado seguir dejándola despejada. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, en la región, el 19 por ciento de los desempleados presentan en su currículum una formación superior. Pero es que además, los universitarios que encuentran un trabajo corren el riesgo de hacerlo en una ocupación que se encuentra por debajo de su nivel formativo. Es la llamada sobrecualificación, un ‘fenómeno’ que afecta a casi uno de cada tres titulados.
De esta forma lo desvela el informe que elabora la fundación Conocimiento y Desarrollo, que eleva al 30,8 por ciento de los egregados universitarios que firmaron un alta laboral en un empleo que no requería la formación que tienen. Empleos entre los que destaca, por encima de todos, el de contables o administrativos, aunque también un buen número de estos universitarios con el título en el bolsillo acabó trabajando en el sector de la restauración, como vendedores o en los servicios personales o de protección. En este sentido, el informe CYDindica que casi el 10 por ciento del empleo al que accedieron los titulados universitarios estaba relacionado con empleos como vendedores o camareros, mientras que el 1,5 por ciento acaba ocupado como trabajador cualificado en el sector agrícola, ganadero o forestar; mientras que un número aún menor, poco más del 0,3 por ciento, obtuvo un empleo como artesano o trabajador de la industria manufacturera o la construcción.

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