El británico Lewis Hamilton (Mercedes) logró ayer su séptimo triunfo de la temporada en el Gran Premio de Singapur y se alzó así al liderato del Mundial, aprovechando la retirada de su compañero y hasta hoy líder Nico Rosberg, en un día en el que el español Fernando Alonso (Ferrari) estuvo luchando hasta el último instante con los Red Bull por subir al podio, pero en el que finalmente fue cuarto.

La carrera nocturna en el circuito de Marina Bay estuvo marcada por la duración de la prueba, ya que se cumplieron las dos horas que hay de tope, y el desgaste de los neumáticos. La degradación de las gomas permitió ver hazañas como las casi 30 vueltas de Hamilton con compuestos superblandos o las 37 de un Valtteri Bottas (Williams) sin pasar por ‘boxes’, aunque el finlandés hizo una última vuelta sin gomas y se quedó fuera de los puntos.

La cita estuvo, además, marcado por la retirada de Rosberg. El alemán tuvo problemas con su coche en los minutos previos a la carrera y llegado el momento de la vuelta de reconocimiento, el Mercedes no se movió de la parrilla. Los mecánicos se llevaron el coche al ‘pit lane’, desde donde arreglaron temporalmente el problema electrónico.

Rosberg salió último y aguantó 15 vueltas, pero en su primera entrada al garaje, el monoplaza no consiguió arrancar de nuevo. Por entonces, su compañero y rival Hamilton ya era líder y Alonso era tercero entre los Red Bull de Sebastian Vettel y Daniel Ricciardo. Todos ellos habían salido con neumáticos superblandos y en su primera parada pusieron el mismo compuesto. La diferencia llegó en la segunda.

Ahí, poco antes del ecuador de la prueba, Hamilton y Alonso decidieron apostar por los superblandos, dejando el juego más duro para los últimos giros, mientras que los hombres de la marca austríaca tomaron el camino inverso, dejando abierta la posibilidad, aunque fuera remota, de acabar sin pasar más por ‘boxes’.

La idea de Fernando Alonso era clara, apretar en las vueltas intermedias a un Vettel que se movía tres o cuatro segundos por delante del español. Cuando el de Ferrari estaba recortando al alemán, un accidente de Sergio Pérez (Force India) en la vuelta 31 hizo que el coche de seguridad entrase en la pista. Problema serio para Alonso y Hamilton.

Exprimir sus gomas. El asturiano reaccionó rápido y entró al garaje y salió cuarto tras los Red Bull. El británico no estuvo tan fino y no pasó por el suyo, lo que le supuso tener que exprimir al máximo sus gomas. Aún en esa situación se vio a un Hamilton dominador al que no le tembló el pulso y que lideró en todo momento, salvo en una vuelta tras su última entrada a ‘boxes’.

La lucha estuvo más en las otras dos posiciones del podio. Alonso se mantuvo tras Vettel y Ricciardo, para escalar al cajón. Sin embargo, ante la amenaza del español, el alemán y el australiano decidieron tirar hasta el final sin cambiar.

En los últimos instantes, Alonso sacó todo lo que había guardado, pero no tuvo opción. Consiguió una meritoria cuarta posición y demostró, una vez más, que en los circuitos donde la influencia del piloto es igual de importante que el coche, el bicampeón siempre está arriba.

En cuanto a la clasificación general, las cosas no pueden estar más interesantes. Ahora, a falta de cinco Grandes Premios, Hamilton es líder con tres puntos de ventaja sobre Nico Rosberg. El próximo duelo será el fin de semana del 3 al 5 de octubre en Japón, en el trazado de Suzuka.