Milicianos de Hamas ejecutaron ayer en la franja de Gaza a al menos 18 palestinos acusados de colaborar con el Gobierno de Israel, siete de ellos de manera pública en una plaza céntrica de la ciudad. Las víctimas, con las cabezas cubiertas y las manos atadas, fueron abatidas a tiros por hombres enmascarados vestidos de negro, que bautizarón la operación con el nombre de estrangulando gargantas, delante de una multitud de files frente a una mezquita tras la oración del viernes.
Por otro lado, las 11 personas restantes fueron ejecutadas por la mañana en una comisaría de Policía abandonada en Gaza horas antes. Algunos de los cadáveres fueron abandonados en la Universidad de Al Azhar.
Las ejecuciones, realizadas por pelotones de fusilamiento, se producen después de que Israel asesinara a tres líderes militares de la organización el jueves y a la mujer y dos hijos de Mohammed Deif, otro comandante, el miércoles. Se cree que las ejecuciones podrían estar relacionadas con los ataques y que los supuestos espías informaron al Ejército israelí de los lugares donde se encontraban sus «objetivos terroristas».
Mientras tanto, el Ejército de Tel Aviv continuó durante la noche sus ataques aéreos contra objetivos en la franja de Gaza, en los que murieron cuatro personas por la mañana, entre ellas un joven de 14 años. Por su parte, las milicias palestinas realizaron ayer unos 60 lanzamientos de cohetes. En la ciudad de Beerseb, en el sur de Israel, un hombre resultó herido y en Ashdod un misil impactó contra una sinagoga hiriendo a tres personas. El líder de Hamas, Ismail Haniya, anunció en la noche del jueves que Israel «pagará un alto precio por sus crímenes» y avanzó que las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamas, son ahora más fuertes de lo que el enemigo se imagina.
De esta manera, la violencia no cesó en una jornada en la que murieron cuatro palestinos y un niño israelí de cuatro años a consecuencia del impacto de una granada de mortero disparada desde la franja de Gaza. El primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, aseveró que «Hamas pagará un alto precio» por la muerte del menor. Además, mantuvo una conversación telefónica con el responsable administrativo local para condenar estos hechos, según The Jerusalem Post. Asimismo, el dirigente prometió que las operaciónes contra la milicia armada seguirán «hasta que se cumplan los objetivos de la operación Margen Protector».
Así todo, la ONU hizo un nuevo llamamiento al alto el fuego, pero por el momento no hay signos de que las partes vayan a volver a la mesa de negociación. Mientras, Alemania, Francia y el Reino Unido han hecho circular un borrador de resolución en el Consejo de Seguridad pidiendo el establecimiento de una misión de monitoreo de la ONU en Gaza y la apertura total de los pasos fronterizos hacia el territorio palestino, aunque con garantías de seguridad para Israel. La Unión Europea también quiere implicarse más en la franja de Gaza, aunque no está prevista una misión militar por el momento. Paralelamente, circuló un borrador de Jordania con carácter más propalestino. No está claro si las dos resoluciones se debatirán o cuándo se votará al respecto.
Mientras, en Qatar, el presidente palestino, Abu Mazen, se citó por segunda vez en dos días con el líder de Hamas en el exilio, Jaled Mashaal, antes de su viaje a El Cairo para reunirse con el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi.