La victoria del Gimnástico de Alcázar en el campo del Toledo B se vio empañada por la lesión de Rafael Fornalino, Rafi, uno de los jóvenes valores de la cantera rojilla que se ha hecho un hueco con todas las de la ley en la primera plantilla.

El delantero alcazareño sufría un esguince de tobillo casi al final del primer periodo y tuvo que ser retirado del campo con evidentes síntomas de dolor.

Tras las primeras exploraciones, todo parece haberse quedado en un susto y está descartada una lesión de gravedad.

Así, Rafi, como es conocido popularmente, sufre un esguince de grado dos en su pie derecho y en, aproximadamente un mes, podrá volver a los terrenos de juego.

«He tenido suerte de no romperme nada», aseveró ayer el futbolista bastante más tranquilo, aunque con la zona todavía dolorida. «En el vestuario se me inflamó muchísimo y me temía lo peor, pero todo se ha quedado en un esguince», confirmó el ariete, que recuerda que se produjo la lesión en un balón dividido «y el pie se me fue hacia atrás».

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