Humor escatológico y citas "a lo de fuera"

Diego Farto
-

El criticado Dani Mateo y sus compañeros en el espectáculo 'Nunca os olvidaremos', Raúl Cimas y José Juan Vaquero, alcanzaron un lleno absoluto en el Teatro Quijano.

Dani Mateo cosechó una ovación de las grandes en su entrada en el escenario del Teatro Quijano, impulsado por Raúl Cimas, quien invitó al humorista de El Intermedio con el comentario «ya sabe todo el mundo que eres gilipollas», una referencia a la polémica en alza desde hace diez días cuando en su programa de La Sexta se limpió las narices con una bandera española.

Más adelante en otro momento de su actuación en propio humorista barcelonés reconocería que aquel chiste era «malísimo», pero también que habría público al que le daría igual. Las referencias al malestar que ha causado aquella actuación de Mateo estuvieron tanto en su boca como en las intervenciones de sus compañeros de escenario, el ya citado Cimas y José Juan Vaquero, con quienes protagoniza Nunca os olvidaremos, que se representó el viernes por la noche en el Teatro Municipal, sin perder el interés por lo que ocurría en la calle. En torno a un centenar de personas se manifestaban desde la acera frontera contra el cómico con la bandera española y cánticos de diverso tipo, hasta un «Iros a Venezuela» más dirigido a los espectadores que aguardaban para entrar al teatro que al propio Dani Mateo.

De hecho, cuando el cómico albaceteño rompió el hielo de la sala al ser el primero en salir a escena, invitó a los espectadores a disfrutar del espectáculo de dentro después de haberlo hecho con el de fuera. En el tramo final de la actuación, con un montaje dividido en tres partes para que cada uno de los cómicos tuviera su propio monólogo introducido por sus compañeros, Vaquero y Cimas volvieron a sacar la bandera española para referirse a Mateo, aunque esta ocasión quedó cubriendo una tumba, supuestamente la del actor barcelonés.

Cada monólogo tuvo un introducción a dos para elogiar y criticar al teórico fallecido, que tras retirarse la lápida de la escena regresaba de entre los muertos para recordar algunas cosas de su vida o reflexiones personales. Buena parte de la gracia de cada número estaba en el humor escatológico. De hecho Mateo dedicó una parte notable de su intervención al «hacerse pajas, algo que nos iguala a todos». El asunto le dio para meter a la monarquía en danza, con referencias tanto al rey Felipe VI como a su padre y monarca emérito, Juan Carlos I, a cada uno en un sentido opuesto.

Por su parte, Vaquero fue el que hizo referencia a Francisco Franco con una breve imitación, aunque confesó sentir algo de reparo y recordó sus viajes de vacaciones con su padre a Santa Pola y algunas extrañas costumbres familiares.

Por su parte, Cimas hizo algunas reflexiones sobre la vida después de la muerte, con ese tono casual que es su característica, con las que hizo reír al patio de butacas o se enzarzó en una disquisición sobre «por qué le decimos a los niños que hay que tirar de la cadena cuando lo que hacemos es apretar un botón». El recurso a lo escatológico en la comedia es lo que tiene, la risa surge rápido, pero también levanta ampollas.

Tras una larga sesión acogida con carcajadas y aplausos, los humoristas agradecieron al público de Ciudad Real su apoyo por ese lleno total; a la Policía Nacional y Local su esfuerzo por evitar incidentes y a la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, por su invocación a la calma y haber mantenido el espectáculo programado a pesar de las críticas. Precisamente el día anterior se había anunicado la anulación de este montaje en el Teatro Olympia de Valencia.