Rajoy asevera que la recuperación es innegable y gana fuerza cada día

Javier D. Bazaga (SPC)
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El presidente insiste en que el Gobierno hará cumplir la ley y que no habrá independencia «de ninguna de las maneras»

 
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha ido de vacaciones con la sensación del deber cumplido. Ayer presentó su tradicional balance del curso político, tras el último Consejo de Ministros de la temporada, en el que aseguró que la recuperación económica «es innegable» y que, además, «gana fuerza día a día». Un curso, por tanto, en el que se ha confirmado «de manera clara» la salida de la crisis después de comprobar que «estamos mejor que hace un año y mucho mejor que hace cuatro», cuando los populares llegaron al Gobierno.
«La recuperación está ahí», insistió Rajoy durante su comparecencia tras la reunión de su Gabinete, en la que dieron luz verde a los Presupuestos Generales del Estado que serán presentados el próximo martes en el Congreso. De hecho, el mandatario respondió a las críticas de la oposición por esta aprobación, que ha obligado a habilitar el mes de agosto en la Cámara Baja, asegurando que «vamos a gobernar hasta el último día».
El conservador se apoyó una vez más en los distintos indicadores que sostienen esta recuperación, que cierra «una etapa dificílisima» y abre otra que experimentará un «crecimiento sostenido y un creación intensa de empleo». Lo llamó el «círculo virtuoso», que se basa en «más competitividad, más empleo, más ingresos y menos impuestos». Tanto, que atisbó una senda de la economía que, «si no se tuerce ni se frena, puede llevarnos a un período de crecimiento y de bienestar, el más largo de nuestra Historia reciente», aventuró.
Precisamente, sobre este punto se quiso detener el popular, cuando habló de las amenazas que se ciernen sobre la buena marcha de las finanzas, y citó el peligro de «volver a perder la confianza que tanto nos ha costado recuperar» ante una oposición política que, con la amenaza de «liquidar» todo el conjunto de reformas adoptadas y en las que Rajoy basa esta recuperación, está enviando «un pésimo mensaje» a los mercados y al exterior.
En este sentido, advirtió, de cara a las elecciones generales, de que «si se repiten algunas cosas que hemos visto en los ayuntamientos», refiriéndose a los gobiernos de tres o cuatro partidos «que no respetan la voluntad mayoritaria de los ciudadanos». «Eso es malo para España», alegó, por lo que deseó que no se reprodujera.
Cataluña estuvo también en el centro de la comparecencia como una de los riesgos que amenazan el país a corto plazo, aunque le quiso otorgar la importancia justa, al considerar el 27-S como unas autonómicas más, «importantes sí», pero unas elecciones más al Parlamento. De esta forma, rechazó que se trataran de plebiscitarias, como proclaman desde la Generalitat, ya «que no existen en nuestro ordenamiento jurídico». 
Rajoy insistió en que «no habrá independencia en Cataluña, de ninguna de las maneras», recurriendo al argumento de que el Gobierno cumplirá y hará cumplir la ley, de modo que no habrá plebiscitarias «como tampoco nunca hubo referéndum». Un desafío «independentista y rupturista» ante el que justificó la respuesta del Ejecutivo como «prudente y proporcional».