El poeta Manuel Juliá presentó ayer, en el Centro Andaluz de las Letras (CAL) de Málaga, su Trilogía de los sueños, poemario editado por Hiperión que supone «un ejercicio de síntesis de la vida y la realidad humana a través del amor», como definió el autor de El sueño de la muerte, El sueño del amor y El sueño de la vida, las tres obras que dan cuerpo a estas 300 páginas.

El director del CAL, Juan José Téllez, entabló un diálogo poético con el autor ciudadrealeño en el que fue protagonista «esta poesía de la celebración que propone Juliá, así como la vinculación de sus poemas con el vino, el amor, el erotismo y la vida, en definitiva».

En el acto también estuvieron presentes la poeta Inés María Guzmán, vocal del Ateneo de Málaga, y la poetisa Carmen Ciudad, así como el actor Alberto Ávila, que repasaron los versos de Juliá, durante una lectura teatralizada, con el acompañamiento del cantautor Juan Alberto Gómez.

Juliá, que agradeció a Téllez «la oportunidad que me ha ofrecido de presentar esta Trilogía en Málaga, tras su descubrimiento de mi libro», subrayó que este poemario «cuenta con una estructura muy pensada desde el primer momento, por lo que sus poemas están menos sujetos a la tiranía del instante».

Esta perspectiva le permitió afrontar la elaboración de «un libro único porque, aunque pretende un recorrido por la existencia, con el puente del amor atravesándolo completo, también es una aspiración a crear un mundo poético que incluya todo el recorrido humano, desde antes de la vida hasta la muerte, y en este campo se juega mejor con la poesía que con el pensamiento, porque la poesía te da la oportunidad de soñar», señaló.

Para Juliá, «la vida es un acto de amor absolutamente primigenio, y si no existiese ese concepto de amor en la naturaleza no estaríamos aquí: habría ganado la muerte».

La elaboración de esta Trilogía, «algo así como una sinfonía» -como afirmó el poeta sobre las nueve partes que la constituyen- supuso para él «una batalla contra mí mismo, porque he tenido que encauzar la fuerza del instante de la creatividad para poder construir una obra sólida de 300 páginas poéticas: si no, hubieran sido retazos desperdigados más o menos geniales, pero que no mostrarían la estructura única que buscaba».

Juliá, que agradeció al público su cálida acogida, trabaja en la actualidad en su nuevo libro Fragmentos de un discurso casi poético, «un libro de sensaciones», como lo describió, con el fragmento como fórmula literaria protagonista, así como en un libro de poemas, del que lleva escrito el 70%.