"La auditoría ha quedado fuera de juego"

I. Ballestero
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Entrevista al vicerrector de Economía y Planificación de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Llegado a finales del ejercicio presupuestario, ¿en qué situación llega la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) a este final de 2018?

Ha sido un año un poco irregular porque ha estado condicionado en su ejecución presupuestaria por la firma del acuerdo de financiación con la Junta de Comunidades y estamos haciendo la transición hacia el nuevo convenio. La Universidad llega bien pero es verdad que hay programas que teníamos paralizados y algunas situaciones que han tenido que reactivarse poco a poco, al mismo tiempo que hacer todos los cálculos a medio plazo en función del escenario nuevo con el que vamos a contar.

Esa negociación, ¿ha afectado en materia de pagos?

No, en lo que se refiere al tema de pagos no ha habido ningún problema. Pero sí es cierto que algunos programas y convocatorias que no se habían reactivado las estamos poniendo en marcha.

¿Cómo ha evolucionado el déficit?

Los datos de cierre de 2018 van a estar muy próximos al equilibrio presupuestario. Arrastrábamos en años anteriores un déficit estructural de financiación de en torno a 15 millones de euros, generado desde 2012-2013, y a ese déficit se venían aplicando déficits coyunturales propios de las universidades y muy ligados a proyectos de investigación, que se conceden para tres años de manera que tienes un ingreso un año que debes gastar en tres. Siempre habíamos mantenido esa brecha de 15 millones. El año pasado fue de déficit coyuntural que se sumó a los 15, y en el anterior ocurrió lo contrario, se cerró con un millón por el superávit coyuntural.

¿Cubre el convenio todas las necesidades futuras de la UCLM?

La UCLM está satisfecha con la firma del convenio. Plantea un escenario paulatino con un pequeño incremento en 2018, una cobertura bastante mayor de las necesidades de financiación en el año 2019 y en los años 2020 y 2021 entraremos en un escenario con una cobertura más completa. Otro punto a tener en cuenta es que se pudieron meter las nuevas titulaciones, importante porque en el pasado teníamos convenios de financiación que cubrían solo las titulaciones existentes y no llegaba financiación para las nuevas, por eso hay satisfacción en ese sentido. La asignatura pendiente del convenio es la que tiene que ver con infraestructuras, con la idea de buscar otras vías de financiación.

¿Qué cantidades de las que recoge el convenio están condicionadas?

La senda establece una condicionalidad basada en la puesta en marcha de las nuevas titulaciones, y cinco de ellas ya las tenemos en marcha. Se plantean dos titulaciones nuevas para el siguiente curso y esa cantidad está condicionada. Y luego plantea una condicionalidad, que es la más importante, que tiene que ver con la absorción de fondos europeos, de Fondo Social y de Feder. El mayor condicionamiento está en la capacidad de la UCLM y la Administración de absorber esa cantidad de dinero que está prevista, que es una cantidad significativa porque estamos hablando de 33,6 millones de fondos europeos nuevos que se incorporan a los 26 que la UCLM ya tenía en su senda financiera inicial. La Universidad se va a convertir en un elemento que va a absorber muchos fondos, y eso marcará los recursos que tendremos en años sucesivos.

¿Tiene la UCLM esa capacidad?

En el periodo operativo anterior, 2007-2013, la UCLM fue capaz de ejecutar gasto elegible solo en Feder por 60 millones de euros, y tener el retorno correspondiente. Hablamos de las mismas cantidades y tendríamos no sólo el Feder sino el Fondo Social Europeo. Es factible. La Universidad lo ha hecho en el pasado.

¿Le preocupa que un cambio de gobierno cambie las reglas del juego?

El convenio, con independencia del Ejecutivo que salga de las elecciones, establece un puente a través de esas elecciones autonómicas y eso es positivo, que se firmen en un escenario que no coincidan con el calendario político sino que hagan de puente y den estabilidad.

La UCLM pulsó a todos los grupos políticos durante la negociación del convenio, ¿lo apoyan todos?

Hemos tenido contactos con todos los grupos, los que tienen representación parlamentaria como los que no la tienen y son partidos significativos a nivel nacional. En todos los casos hay un compromiso muy claro con la Universidad y con la investigación, y no podemos olvidar que el principal agente investigador es la Universidad en esta comunidad autónoma. Todos han manifestado su satisfacción por los acuerdos y la oposición no ha puesto reparo, sólo ha pedido que se cumpla.

¿Hasta qué punto fue tensa la negociación con la Junta?

Ha sido muy larga porque en realidad no fue una negociación establecida en el último año, se produjo desde el cambio del Ejecutivo. El anterior convenio llegaba hasta el año 2015, se producen las elecciones de mayo, entra el nuevo Gobierno y nos encontramos con una situación que es la que ahora no se va a producir: un convenio finalizado, un Ejecutivo en formación y sin capacidad para establecer nada nuevo en los pocos meses que tenía de margen, y nos abocamos a un escenario de negociación año a año de la financiación. El problema que siempre surge en esa negociación es que es una presupuestación de lo que se puede o lo que queda, no planificada a varios años. Y surgen los problemas.

¿Hubo algún momento en que pensara que el acuerdo no llegaría?

Ha sido un proceso complicado. Las finanzas del Gobierno regional se encuentran en una situación muy delicada y desde el estatal se han establecido controles muy severos que han repercutido en todos los entes. Entendíamos que el acuerdo llegaría, casi la sensación fue la contraria, que llegó más tarde de lo que pensábamos que iba a llegar. Era inevitable por la dimensión y el impacto de la UCLM en Castilla-La Mancha y quizá se ha demorado excesivamente su firma. Apostábamos por un escenario de firma en el año 2017.

¿Afectaría que la Junta tuviera que prorrogar sus presupuestos?

Siempre es un escenario poco deseable porque no permite ordenar correctamente los recursos, pero con el convenio establecido la cosa cambia porque da estabilidad a la Universidad. Existe un compromiso plurianual y tendrían que buscar la fórmula de cumplirlo en periodo de prórroga, aunque siempre es más fácil hacerlo con un presupuesto nuevo. Estaríamos preocupados si no tuviéramos el acuerdo de financiación.

¿En qué punto están los presupuestos de 2019 de la Universidad?

Trabajamos intensamente en ellos, la idea es presentarlos antes de que termine el año. Lo que más nos ha costado poner en marcha son los programas nuevos de Fondo Social Europeo y Feder por tener que adaptar radicalmente las convocatorias, hablar con las autoridades europeas y establecer las memorias necesarias… Todo ese trabajo está hecho y ya han salido convocatorias de estos programas. Ahora mismo estamos ultimando el presupuesto de 2019 con la seguridad de que tenemos todo el trabajo hecho respecto a una buena planificación para la captación de fondos, esos programas son la base para la absorción de fondos comunitarios.

¿El mapa de titulaciones es el de la UCLM o el de la Junta?

El mapa de titulaciones de la UCLM es el que está recogido en su estrategia, que establecía 15 titulaciones con la puesta en marcha de cinco este año, exactamente donde se han puesto en marcha este año. Se ha cubierto un tercio de manera inmediata. Adicionalmente la Junta da el mandato de poner en marcha dos titulaciones, una de las cuales se encontraba en el mapa pero en otro campus y otra que no lo estaba por no avanzar en la triplicidad de titulaciones. El Gobierno regional entiende que por motivaciones de carácter local debemos hacerlo, pero en la práctica respeta nuestro mapa de titulaciones con dos enmiendas de acuerdo con su visión de conjunto, y están dispuestos a establecer la financiación necesaria adicional para ese esfuerzo.

¿Se plantea la UCLM la supresión de grados? En Ciudad Real es una cuestión que planea desde hace tiempo sobre Geografía.

En los grados lo que sucede desde hace más de un lustro es que se está produciendo un fuerte desplazamiento de demanda de los estudiantes vinculado al mercado de trabajo. Ha habido una fuerte concentración en titulaciones de la salud y un fuerte desplazamiento a titulaciones de empleabilidad. Los preuniversitarios estudian cosas que les garanticen un futuro y no una elección tan vocacional como en el pasado. Eso ha llegado a las universidades y ha modificado los números de nuevo ingreso. Evidentemente hay que adaptarse. Trabajamos en dos frentes: las nuevas titulaciones y las existentes, y en éstas siempre trabajamos en la reorientación de una titulación para aprovechar los recursos que tiene, y lo estamos haciendo con éxito. El año pasado Gestión y Administración Pública se convirtió en Criminología en Albacete, pasando de 15 estudiantes de nuevo ingreso a más de un grupo, más de 75. También se sustituyó ese grado en Toledo por Estudios Internacionales, había 10 estudiantes y tenemos 50. Y es lo que queremos seguir haciendo, también en este campus. Ya tenemos una propuesta que reorienta la titulación de Geografía y esperemos que tenga éxito.

¿Cuánto tiene de desconfianza en la gestión la auditoría en marcha?

La auditoría que está planteada es el producto de los momentos de mayor tensión de la negociación y es extemporánea, ha quedado fuera de juego con la firma del convenio de financiación. En la práctica se planteaba una discusión en la que el Gobierno regional venía a decir que la Universidad daba déficit y la Universidad decía que daba déficit porque le faltaba dinero. En la práctica, ambas cuestiones que planteaba la auditoría han quedado resueltas. Nosotros sabemos que tenemos que ir hacia la estabilidad presupuestaria, y en el año 2018 estaremos muy próximos a ella, y el Gobierno regional se ha dado cuenta de que tiene que inyectar financiación a una universidad que está en seis ciudades y una vocación de servicio público, y que necesita fondos. La auditoría surgió en un momento de tensión y creo que es un subproducto de aquella negociación.

¿Qué cree que dirá la auditoría?

No dirá nada diferente de lo que viene diciendo el Tribunal de Cuentas cuando fiscaliza nuestras cuentas, ni la auditoría que encarga el Consejo Social todos los años a una de las auditoras de más prestigio del país o la unidad de control interno de la propia Universidad, que tiene un gran reconocimiento en el sistema universitario. Estamos sometidos a tres procesos de control de cuentas anuales y la auditoría nueva no dirá nada diferente.

¿Le preocupa que se convierta en una práctica habitual?

La autonomía universitaria está basada en una institución cuyo funcionamiento debe ser independiente. En el momento en el que dejas de ser independiente, aquello pierde sentido. La naturaleza de la universidad como foro de reflexión y de investigación tiene que preservarse, ése es el espíritu genuino de la autonomía. Eso significa que no puede estar al servicio de ningún partido político ni de ningún gobierno. Eso se ha mantenido en esta comunidad autónoma todos los años y debemos preservarlo en el futuro. En otras regiones tenemos noticia de que no necesariamente es así. No queremos que la UCLM asuma como voz propia la que por intereses políticos alguien quiere que asuma. Los órganos de control son mucho más severos que en el poder ejecutivo. Cuando la UCLM decía que no veía que una auditoría realizada desde el Ejecutivo fuera compatible con la autonomía era por eso, el control que se hace de las universidades se hace desde el Tribunal de Cuentas. Los controles desde el poder ejecutivo siempre son más sospechosos de parcialidad.

¿Cree que los escándalos recientes en el ámbito universitario manchan a todas las instituciones?

Los escándalos que se han conocido están vinculados a la falta de independencia de la institución respecto del poder ejecutivo. Esa independencia es la que hemos defendido estos meses atrás, porque es el mejor mecanismo para que no exista nada de eso. En la práctica no hay nadie más exigente que los académicos. Los escándalos han surgido cuando se ha interferido en esos autocontroles, pero han venido de ámbitos muy determinados del sistema, no del corazón del sistema. No son representativos.