La Virgen llegó a la ermita a cuatro ruedas

Laura Buitrago
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Entre los centenares de ciudadrealeños que no quisieron perderse esta romería que finalizó antes de lo previsto, se coló la imagen de una veintena de señores que vestían con amplias camisas azules, boinas y un pañuelo de hierbas al cuello.

Dicha imagen es habitual en cada romería de Alarcos, ya que los pandorgos de Ciudad Real nunca fallan a su cita con la Virgen. Sin embargo, su presencia este año tomó un carácter especial, puesto que con motivo del 30 aniversario de la fundación de su Hermandad, ellos fueron los encargados de portar el paso en el primer tramo del recorrido, que abarcó desde la salida de San Pedro hasta la mitad de la calle Alarcos. Esta oportunidad, según las palabras del presidente de la organización, Agustín Cantero, fue «todo un privilegio» para la veintena de pandorgos que participaron en el trayecto y que, además, pudieron realizar eficientemente ya que la cancelación de la procesión no se produjo hasta más tarde. No obstante, durante el camino contaron con el apoyo de los costaleros de la Hermandad del Prendimiento, puesto que «algunos de nuestros componentes son muy mayores, por lo que no pueden cargar tanto peso».