Cuenta atrás para la nueva ley de protección de datos

C. de la Cruz
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Se aprobó en 2016, pero es de obligada aplicación a partir del 25 de mayo. Es el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD), un quebradero de cabeza para muchas empresas y una normativa totalmente desconocida para otras.

Pero puede traer graves consecuencias para aquellos que la incumplan, con sanciones económicas muy importantes que pueden comprometer incluso su viabilidad. Esta legislación incide de forma notable en la privacidad, por lo que los puntos claves estriban sobre mejorar las medidas de seguridad y que los clientes y usuarios den su aprobación inequívoca para gestionar los datos personales, de ahí la avalancha de mensajes que se han producido en las últimas semanas de diferentes empresas, aplicaciones móviles y redes sociales para obtener un nuevo consentimiento. «Antes bastaba con un consentimiento implícito, pero ahora debe ser explícito», explica el director de investigación y desarrollo de Marisma Shield y miembro del Grupo GSyA de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Enrique Sánchez Crespo. Las más de 30.000 empresas registradas en Ciudad Real, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, están obligadas a ponerse al día rápidamente.