El nuevo protocolo de atención temprana incluye el cribado del espectro autista a los dos años

Raquel Santamarta
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«Es importante trabajar en su detección precoz, porque el diagnóstico de estos trastornos no se produce de media hasta los 52 meses», explica el técnico del Centro Base Manuel Pino

Imagen de archivo del centro de atención temprana de Autrade. - Foto: Tomás Fdez. De Moya

La Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real cuenta desde inicios de julio con un nuevo protocolo en atención temprana, cuya elaboración dio sus primeros pasos el pasado mes de diciembre con la redacción de una encuesta (a propuesta de Maite Huertas y con la coordinación de Esther Lagos) que posteriormente cumplimentaron los profesionales de Atención Primaria. Como principal novedad recoge la implantación de un sistema de cribado del espectro autista a los 24 meses que se revela pionero en el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).

En este sentido, el coordinador del equipo de atención temprana del Centro Base de Ciudad Real, Manuel Pino, explica que «en las guías de buenas prácticas para el tratamiento de los niños con autismo se recomienda, dado el importante incremento de la prevalencia de este trastorno». No en vano, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos ya hablan de uno de cada 68 niños. «Es importante trabajar en su detección precoz, porque el diagnóstico no se produce de media hasta los 52 meses», según argumenta. Con la ansiedad que, además, la situación genera en los padres.

Ahora, según señala, el próximo reto será su extensión al resto de áreas de salud con el fin de garantizar la igualdad en el acceso a los tratamientos de estimulación cognitiva, fisioterapia, logopedia, psicomotricidad y apoyo familiar que precisan los niños con dificultades en su desarrollo. Porque, en definitiva, se trata de detectar y abordar de manera precoz estos trastornos para contribuir a mejorar su estado funcional, mejorando su integración en la sociedad y su autonomía personal.

En el segundo trimestre de 2014, los 17 centros de atención temprana que funcionan en la provincia de Ciudad Real atendieron a un total de 1.090 niños de cero a seis años, de los cuales 159 fueron casos nuevos para el Centro Base; frente a los 981 que formaban parte del programa de Sanidad y Asuntos Sociales en el primer trimestre del año. Un total de seis meses en los que, asimismo, se han registrado un total de 63 bajas.

El pasado 2013 cerró con un total de 1.327 menores ciudadrealeños, el 36,8 por ciento de los atendidos en el conjunto de la región: 3.603. Asimismo, se produjeron en la provincia 205 bajas. Y es que cuando se escolarizan, encuentran los apoyos en sus colegios. De este modo, sólo continúan en el programa de atención temprana aquellos con afectaciones importantes. Así, de los 1.090 pequeños atendidos en el segundo trimestre de 2014, sólo dos de cada diez (un total de 226) estaban en edad escolar. Y de ellos, el 70 por ciento eran niños frente a un 30 por ciento de niñas.

«espíritu de equipo». La mayor incidencia de partos prematuros por la demora en la edad para ser madre, los estilos de vida y las técnicas de reproducción asistida han explicado el aumento de casos hasta hace unos años pero ahora, que se mantienen, llegan más porque se derivan y «hay un espíritu de equipo». «Hace ocho años y medio, cuando yo empecé en esto de la atención temprana, se trataban 400 niños», precisa Manuel Pino. Eso significa que la atención a los trastornos del desarrollo se ha casi triplicado.

Dentro de ellos, figuran las alteraciones genéticas y cromosómicas como el síndrome de Down, las anomalías congénitas como la espina bífida, las deficiencias visuales y auditivas, los problemas de socialización y comunicación (que incluyen rasgos del espectro autista), las hipotonías y los retrasos en el desarrollo psicomotor, sin dejar pasar por alto los factores de riesgo biológicos y psicosociales.

El pasado 26 de junio el salón de actos del Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR) acogió una jornada sobre atención temprana al objeto de presentar un protocolo de coordinación que, al margen del cribado del autismo a los 24 meses, facilitará el seguimiento del desarrollo de los niños por parte de los equipos de Pediatría de los centros de salud. «Los recursos de atención temprana les remitirán periódicamente la información necesaria», apunta Manuel Pino.

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