La larga espera del candidato

S.F.
-

La autora de 'Solo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección' y directora de RRHH, Silvia Forés, intenta explicar en esta cuarta entrega lo que sucede cuando el aspirante a un trabajo no obtiene respuesta

La larga espera del candidato

Querido candidato:

En este cuarto mail que te mando, deseo darte algún tipo de explicación a una pregunta extremadamente compleja y delicada de contestar, que tantos candidatos se hacen cuando presentan su candidatura a un puesto de trabajo: si cumplo con los requisitos, ¿cómo es que no me llaman? Podría haber tantas respuestas como situaciones en la vida, es difícil dar con una única razón correcta. Te daré alguna pista sobre cómo trabajamos los seleccionadores, para que puedas sacar tus propias conclusiones, pues la verdad absoluta y universal evidentemente no está en mis manos.

Cuando tenemos una cantidad importante de CV que cumplen con los requisitos, es prácticamente imposible entrevistar a todo el mundo. Tras una primera criba curricular en que se han descartado a candidatos que se alejan del perfil y a personas cuya candidatura  presenta ciertas dudas, nos quedamos con aquellos que cumplen con los requisitos. Sin embargo, de éstos, cabe hacer una criba muy detallada, si el número de candidatos supera la cantidad humanamente posible para entrevistar, en función del tiempo de que disponemos para realizar la selección. Es aquí cuando los detalles marcan la diferencia, y cómo la marcan... Ante candidatos que aparentemente cumplen con los requisitos, nos podemos fijar en muchas cosas para elegir a quién llamar: la corrección y coherencia del CV, la adecuación de la fotografía, la carta de presentación que haya podido adjuntar…

Otros detalles, como por ejemplo la dirección de mail, que sea profesional, pues a veces aparecen CV muy bien presentados que quedan ensombrecidos por la inclusión de direcciones de mail de carácter festivo o incluso sexual. ¿Es eso motivo de exclusión? Pues directamente no, pero por supuesto, ¿para qué arriesgarse, con lo fácil que es crearse una cuenta de correo electrónico con nombre y apellido? A un cliente, como comprenderás, no podemos presentarle un CV con una dirección de mail de este tipo o fotografías con poses extrañas o en contextos poco apropiados, como tantos ejemplos que recibo. Y por favor, te diría que evites el “selfie”, una moda que empieza a llegar hasta a los CV. ¡Cuesta tan poco pedirle a alguien que te saque una fotografía neutra, profesional y siempre con una sonrisa por favor! No hay nada más agradable que ver que un CV te lanza una sonrisa al abrirlo.

Vale la pena cuidar los detalles, como te decía, no olvidar adjuntar el archivo con el CV, si el seleccionador te lo pide, comprobar que los datos de contacto son correctos, antes de mandar el CV (¡cuántas veces he llamado a números de teléfono que no existen, les faltan o sobran números!). Un detalle así no excluye a un candidato, repito, pero con la presión del tiempo que tenemos y la necesidad de cerrar un proceso rápidamente, si no adjuntan el archivo, lo recibes en un formato desconocido o no puedes comunicarte con un candidato porque ha indicado mal sus datos de contacto, es posible que el seleccionador no tenga mucho tiempo y para ser práctico, tire de otros candidatos.

¿Otras cosas en las que nos fijamos? En la estabilidad del CV. Desde mi punto de vista, que por supuesto es discutible, un CV estable es mejor que uno que haya tenido muchísimas experiencias cortas. En mi opinión, llega un momento en que una persona por lo menos debería haber permanecido cinco años en un puesto. Creo que cambiar de trabajo es importante, denota ganas de superación, capacidad de adaptación y flexibilidad, pero siempre en su justa medida. Para personas que hayan cambiado mucho de trabajo, recomiendo eliminar de su CV las primeras experiencias profesionales, que seguramente son las menos relevantes y pueden transmitir una sensación de mayor inestabilidad ante los ojos del seleccionador.

Si bien el hecho de haber permanecido muchísimos años en una misma empresa puede interpretarse como señal de lealtad, en cambio, hay quien lo considera como ejemplo de conservadurismo y apalancamiento. Mi opinión y consejo es el siguiente: uno puede trabajar diez años en una empresa y tener la experiencia de un solo año multiplicada por diez, si repetidamente siempre ha hecho lo mismo. Para mí, sin embargo, lo que aporta verdadero valor es un candidato que ha trabajado varios años en una empresa, pero ha evolucionado, se ha formado y ha ido adquiriendo mayores responsabilidades con el tiempo. Merece la pena indicar algo así en un CV, pues creo que los seleccionadores lo tenemos muy en cuenta.

Bien, querido candidato, ¡cuántos factores más habrán que nos hagan decantar por un candidato u otro en el momento de incluirlo en la selección! Esto no es una lista cerrada, sino unas meras reflexiones que espero que te hayan servido. Recuerda: cuida los detalles, esos que te diferenciarán del resto y, por último, no dejes nunca de vigilar tu reputación on-line, pues no es una leyenda urbana que escribimos tu nombre en Google para que la red nos hable de ti. Hasta el próximo capítulo.

Sílvia Forés es Directora de Recursos Humanos de Bové Montero y Asociados y experta en selección de personal. Autora del libro de Plataforma Editorial: “Sólo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección”.

Si deseas ampliar más información sobre cómo funciona un proceso de selección desde el punto de vista de un seleccionador:

http://www.plataformaeditorial.com/ficha/261/1/4093/solo-puede-quedar-uno.html

Twitter: @SilviaFores