La CNTC le saca el duende a Lope

M. Sierra
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Rosa María Sardá, en el papel de Fabia, aporta veteranía y tablas a la propuesta atemporal de Lluís Pasqual, que convierte en un tablao flamenco el escenario del Hospital

Un momento de la representación - Foto: /LT

Duende, quejíos, ritmo, mucho ritmo, pero también versos, tragedia y varios guiños a la comedia. Ni más, ni menos. Eso es lo que se esconde detrás de la versión de El caballero de Olmedo con la que la Compañía Nacional de Teatro Clásico afronta los últimos días del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, en el Hospital de San Juan. Un texto de Lope de Vega, en el que es fácil encontrar al Federico García Lorca de Bodas de sangre. Dirigido para la ocasión por un siempre acertado Lluís Pasqual, que no duda en devestir el texto original de sus habituales ropajes, para convertir después este conocido drama en una suerte de tablao flamenco delante del que transcurre, a modo de largo quejío, esta triste historia de amor que enfrenta a Medina y Olmedo, por una mujer.

Entra por los ojos, por los oídos, por la piel y se queda en el alma este aflamencado y atemporal Caballero de Olmedo, que viste de vaqueros y capa, y en el que encajan a la perfección las alegrías y los cantes de ida y vuelta a los que pone voz Antonio Sánchez, acompañado a la guitarra por Pepe Motos. El flamenco se adapta a la perfección a la historia creada por Lope a partir de una canción popular (Que de noche le mataron/ al caballero, / la gala de Medina, / la flor de Olmedo), con la que Pasqual no duda en arrancar esta bella versión que sube al escenario al elenco joven de la Nacional, y los jóvenes actores de Lliure (Kompanyia). Versos, tragedia y música casan tan bien que uno se pregunta por qué el teatro, especialmente el clásico, no utiliza más a menudo la música en directo, algo que ya se ha convertido en habitual en la Nacional. (Más información en la edición impresa)