Rajoy: «No es bueno ni para España ni para el PP que yo me marche»

AGENCIAS
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El presidente del Gobierno en funciones reitera que su paso atrás o a un lado para facilitar la formación de un futuro Ejecutivo está descartado, sobre todo si solo lo piden otros partidos

Por si a alguien no le había quedado claro, y viendo cómo insisten Albert Rivera y algunos dirigentes del PSOE en pedir su cabeza política, parece que no, el presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, volvió a remarcar ayer que su posible paso atrás, o a un lado, es una opción que no contempla porque, según sus palabras, considera que se encuentra «en un buen momento». De hecho fue más allá y, dejando a un lado su habitual cautela gallega, se atrevió a aseverar que no cree «que sea bueno para España ni para el PP que me vaya». Y menos aún, añadió, si es porque «lo piden otros», en referencia velada al dirigente de Ciudadanos. «Otra cosa es que lo quieran los de mi partido o los españoles», apostilló, asegurando, además, que en ningún momento se ha planteado echarse a un lado. Eso sí, reconoció que «imprescindible no hay nadie».

En una entrevista con aires ya de clara precampaña, recordó que quien elige «de verdad», aunque no técnicamente, al presidente del Gobierno, «son los españoles», y ellos son los que tienen que tomar la decisión. Por eso, insistió en que un partido con 40 escaños -los que obtuvo Ciudadanos en diciembre- no le puede decir a otro con 123 -los del PP- que su líder tiene que irse.

El 26-J será la quinta vez que Rajoy se presentará como candidato a la Moncloa -logró el Gobierno solo una, en 2011-, pero defendió que un aspirante pueda repetir tantas veces «como la gente quiera».

Por otro lado, se mostró dispuesto a «debatir» la posibilidad de instaurar las primarias en el PP, pero cree que es algo que debería discutirse en el próximo congreso del partido -con lo que previsiblemente no se pondrían en marcha hasta después-. Según indicó, él está dispuesto a escuchar a todas las voces en el seno de su formación porque estas decisiones no puede tomarlas una sola persona. En este sentido, señaló que no se debe olvidar que en las formaciones que sí tienen estas elecciones internas recogidas en sus estatutos «siempre salen los mismos» o, como en el PSOE en el año 2000, acaban «como el rosario de la aurora». Asimismo, defendió que los «cauces para gobernarse» que tiene el PP son «absolutamente democrático». «Me temo que bastante más que tienen otros», apostilló, y aunque cree que «como todo en la vida se puede evolucionar» hizo hincapién en que habrá que estudiarlo detenidamente.

 Aunque el líder popular no quiso entrar en el terreno de los posibles pactos postelectorales, sí hizo un repaso por su relación con los otros dirigentes políticos, así como por lo sucedido desde el pasado 20 de diciembre. Por ejemplo, señaló con contundencia que no tiene «ningún desencuentro» ni con el líder de Ciudadanos ni con el del PSOE, aunque apuntó que con Sánchez le pasa algo «sorprendente» que es que éste no quiere hablar con él.

Además, a su modo de ver, su propuesta de gran coalición con los socialistas era «la más razonable» y era «un cambio político de verdad». Ahora, prosiguió, hay que «ver qué ocurre en los nuevos comicios», porque el PP no se va a coaligar con Podemos ni con ERC pero sí «con partidos que podrían hacer gobiernos moderados».

Economía. La entrevista con Mariano Rajoy concidió con la publicación de los datos del paro de abril, que demuestran, según el presidente, que «estamos en la buena dirección» y que permitirían, «si se hacen las cosas bien, que a finales de 2019 haya dos millones de personas más trabajando».

En materia económica, también se comprometió a rebajar el déficit en 2017 hasta niveles inferiores al tres por ciento, como le pide Bruselas, aunque dejó bien clara sus prioridad: «Reducir es fácil, pero sería un disparate cortar sin más. A la vez, hay que fortalecer el crecimiento económico y el empleo. Me importa más llegar a los 20 millones de trabajadores que cumplir el objetivo de deuda pública». De hecho, admitió que «se hubieran cumplido las exigencias de la Unión Europea en 2015 si no se hubieran bajado impuestos», pero defendió que «el Gobierno hizo bien», porque inyectó 7.000 millones en el bolsillo de los contribuyentes, lo que incrementó el consumo, la actividad y la recaudación por la vía de los impuestos indirectos.

Soria y Bárcenas. Cuestionado por dos asuntos polémicos que afectan al PP, Rajoy defendió la decisión «valiente y coherente» de José Manuel Soria de dejar el Ministerio de Industria y la Presidencia de los populares canarios tras conocerse distintos datos de sus supuestas empresas en paraísos fiscales. En cuanto a Luis Bárcenas remarcó, de nuevo, que «nunca» supo qué hacía con el dinero el extesorero de su partido.