El grupo Félix Solís Avantis cerró el ejercicio 2017 con una facturación consolidada superior a los 300 millones de euros, lo que supone un incremento por encima del 6% en relación a 2016. El beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros supera los 30 millones de euros, tal y como informó ayer la compañía en nota de prensa. Estos resultados, apuntaron las mismas fuentes, son el fruto de una «fuerte internacionalización», con una facturación exterior superior al 62% y con presencia en más de 120 países, así como de la apuesta continuada por la mejora de la relación calidad-precio. Además, durante el ejercicio 2017, en la bodega de Valdepeñas se invirtieron 20 millones de euros para automatizar todos los procesos, adquirir una nueva línea de embotellado para formatos más reducidos en vidrio y en PET y ampliar la capacidad de crianza mediante la adquisición de más de 10.000 barricas de roble americano y francés.