D'rivera, maestro también de palabras

D.F.
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El compositor cubano compartió sus opiniones sobre la música, el jazz, la formación y los grandes maestros de su estilo ante un auditorio formado por el público del Conservatorio

arlanchín, bromista, lenguaraz -incluso-, tranquilo y lleno de anécdotas se mostró el compositor y músico cubano Paquito D’Rivera, ganador de cinco premios Grammy y nominado 15 veces, ante los alumnos, profesores y padres del Conservatorio Profesional de Música Marcos Redondo.

El clarinetista fue el invitado especial del acto de apertura del curso, en el que se presentaron los integrantes de la nueva Junta Directiva del centro. A lo largo de algo más de una hora, en la que mantuvo una conversación con el periodista Ramón Ruiz y respondió a algunas de las preguntas que le planteaba el público.

D’Rivera, que horas después afrontó en el Teatro Quijano el último concierto de su gira española, tras pasar por la plaza del Ayuntamiento de Toledo y en la madrileña sala Galileo Galilei, convirtió su charla en el Auditorio del centro en un recorrido por diferentes ciudades como Estocolmo, Fráncfort o  Washington y, por supuesto, las dos urbes principales entre las que se ha desarrollado su vida: La Habana y Nueva York.

En su conversación salieron a relucir anécdotas y conversaciones de diferentes músicos, como Dizzy  Gillespie, pero sobre todo Bebo Valdés, a quien está dedicada esta pequeña gira española con motivo del centenario de su nacimiento. De su compatriota señaló que fue «un músico excepcional y una persona maravillosa».

Ante los alumnos del Conservatorio, el compositor cubano recordó que es hijo de «un saxofonista de música clásica que tocaba 16 horas al día», mientras que él tenía un pequeño saxofón de plástico con el que empezó a seguir los pasos de su padre.

Su vida, sin embargo, derivó hacia el jazz, lo que significa «improvisación». En este sentido, Paquito D’Rivera mostró su opinión de que «a los músicos de formación clásica les cuesta mucho la improvisación», mientras que los llegan desde el lado de la música popular «se pierden toda una tradición maravillosa».