«Los Secretos somos una forma de entender la música»

Raquel Santamarta
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La voz de Los Secretos / Álvaro Urquijo

Los secretos. - Foto: La Tribuna de Ciudad Real.

"Si una canción no me gusta, no la termino jamás», asegura el vocalista de Los Secretos desde la experiencia, aquella que antepone la calidad a la cantidad sin olvidarse de esforzarse cada día. Álvaro Urquijo, el líder de la mítica banda madrileña Los Secretos, lleva la voz cantante en una entrevista en la que se confiesa fiel a la música, al público y, sobre todo, a sí mismo.

Llegan a Ciudad Real cuatro meses después de su concierto en una sala privada de la capital para presentar su nuevo trabajo.

Tenemos la gran suerte de que el público sea el artífice de nuestra carrera. La historia de Los Secretos se escribe gracias a la gente que sigue llenando los locales y queriéndonos ver. Nos trata fenomenal y Ciudad Real no es una excepción en absoluto. Nuestro público es enviado y envidiable.

Han tardado cinco años en publicar disco, casi los mismos que nos lleva acechando la crisis. ¿Han estado investigando?

No. Lo que ocurre es que se sucedieron una serie de casualidades, situaciones que uno no puede controlar. Si todo hubiera ido de manera lógica, entre 2008 y 2009 habría salido a la luz el nuevo disco. Pero celebramos nuestro treinta aniversario con un gran concierto en Las Ventas con artistas invitados, que incluyó la grabación de un DVD y de un disco en directo. Al año siguiente me rompí la mano izquierda y tras tres operaciones, una cuarta de cinco horas en septiembre de 2011 consiguió arreglarme la muñeca. El hueso no estaba bien soldado y en cuanto veía una guitarra me dolía hasta el pelo. Afortunadamente, todo salió bien y hemos preparado un disco con muchas ganas.

En este mundo raro, como se titula su último trabajo, aseguran que «hay muchas mentiras oficiales». ¿Cuál es la más gorda?

La humanidad sigue sometida a los regímenes de la Edad Media. Hay una clase dominante que se beneficia de una economía de mercado que está caduca. La gran mentira es que estamos trabajando para alguien que no tiene cara y pagando los platos rotos de alguien que ha hecho algo mal y no ha respondido por ello. El mundo del arte y de la cultura está sufriendo una serie de ataques como la subida del IVA en las entradas y la vulneración de los derechos de autor. La Sanidad y la Educación también sufren recortes, pero a los bancos les dan dinero, a las petroleras no las tocan, al Ejército y a la Iglesia lo justo... Esto no es ninguna mentira, es un hecho.

Su repertorio no deja de ser un abanico de éxitos, pero ¿cuál es la principal aportación de su último trabajo a sus directos?

Nuestro último disco está gustando mucho y eso es algo bueno, porque cuando tienes un repertorio de nivel es difícil sacar un trabajo que sorprenda. Siempre existirán las comparaciones con lo antiguo y tendrás que luchar contra tu propio yo. Estamos muy contentos con el resultado y eso es ya un éxito. Prefiero que la gente nos identifique por lo que hacemos y sentimos ahora. No nos queremos acomodar, porque somos un grupo vivo que evoluciona. Yo era un guitarrista que esporádicamente cantaba hasta que murió mi hermano Enrique. Cuando me puse delante de un micrófono, me di cuenta de la importancia del vocalista dentro de un grupo. En cada concierto sigo siendo un aprendiz, pero esos matices hacen que los conciertos de Los Secretos sean interesantes. El equipo está muy bien armado. Me consta que muchísimos artistas, por error o mala influencia, van saltando de estilo a estilo. Los Secretos somos una marca, una seña de identidad, una forma de entender la música. Y eso es el sueño de cualquier grupo.

Entonces, ¿haber sobrevivido al tiempo, a las modas y al destino es el secreto del éxito de Los Secretos?

Por un lado, el ser fiel a la música, haberla respetado haciendo canciones bien hechas. Y, por otro, la capacidad de hacer llegar nuestro mensaje partiendo de que a nosotros nos gusta. No puedes hacer algo, solo por vender discos. Que la gente disfrute con nuestras canciones es lo que nos ha permitido hacer más discos.

Decía Enrique que era incapaz de componer una canción alegre, porque las músicas profundas tienden hacia la tristeza. ¿Está de acuerdo?

Al cien por cien. Si hay que poner a un rock and roll letra no, pero las melodías en las que nos movemos Los Secretos van envueltas en un velo de ternura y añoranza que hemos mamado, porque nosotros no hemos inventado nada. La música es un lenguaje universal que está escrito en el blues, el tango o la ranchera. Solo hemos aprendido de los maestros.

'Déjame' es seguramente el vinilo más legendario de la movida. Pero, ¿qué escuchaban Los Secretos entonces? ¿Y ahora?

Escuchábamos mucha música norteamericana, pero a finales de los 70 vino la New Wave británica. La movida no fue más que el contagio de lo que pasaba en todo el mundo. Era una oleada de aire fresco. Entonces sonaba The B-52's, Bob Dylan, James Taylor, Crosby, Still, Nash & Young... Ahora hay alguien que me tiene pasmado porque creo que es una isla dentro de un océano de confusión y de gente perdida. Se llama Ron Sexsmith y es un tío que tiene canciones preciosas que se quedan grabadas en la mente. Su último disco  -Long Player Late Bloomer- habla de un brote tardío. Es un gran músico. (Más información en la edición impresa)