Los robots cuadrúpedos se convirtieron ayer en el blanco de todas las miradas en el frontón cubierto del polideportivo Puerta de Santa María. Se estrenaban en la Competición de Robótica que organiza por sexto año consecutivo la Escuela de Técnico Superior de Ingenieros Industriales de la UCLM, desplazando a los humanoides que han competido con dignidad pero poca estabilidad en ediciones anteriores.
Así lo explicaba ayer uno de los profesores de Industriales, Francisco Ramos de la Flor, momentos antes de empezar la jornada, que concentró a 150 estudiantes de 14 institutos la provincia y Toledo, docentes y padres. «Este año se mantiene la prueba de sumo que es la veterana y la novedad está en las otras dos competiciones (robots caminantes y el scalextric con rastreadores), donde hemos cambiado los humanoides por cuadrúpedos, que son mucho más estables sobre la superficie, antes era difícil mantenerlos de pie», explicó Ramos de la Flor.
En el caso de la carrera los cuadrúpedos tenían que conseguir sortear con éxito los recovecos de un laberinto hasta llegar a meta, al tiempo que los rastreadores - robots con ruedas más sencillos, con sensores que les permiten detectar una línea negra pintada - se disputaban llegar los primeros al final de un tablero. En total, 13 equipos competía en la prueba de lego (sumo), 12 en rastreadores y 9 en cuadrúpedos caminantes.
Este año, en el que precisamente la participación es más elevada, es el primero en el que la organización no cuenta con la financiación de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (Fecyt), por lo que se preveía una bajada en el número de estudiantes. «Tenemos menos medios, pero sin embargo tenemos más alumnos participando», destacó Francisco Ramos, quien apuntó que la falta de financiación se está solventando con experiencia y con el trabajo voluntario de antiguos alumnos de Industriales. «Los chavales vienen muy motivados, además se genera una competencia muy sana y cuando llegan a la final se vuelven locos de entusiasmo», valoró.
Efectivamente, los nervios y la efusividad en los tres cuarto de horas que duró la puesta a punto de los robots por parte de los estudiantes fueron dando paso a la emoción y, en algún que otro caso, a la frustración al comprobar que algo fallaba en el último momento en la programación o en la estructura.
Era el caso de los alumnos de José Luis López, profesor de Tecnología del IES Galileo de Puertollano, que minutos antes de las pruebas se encontraban desmontando su lego. «Nos hemos pasado de dimensiones y son muy estrictos con las normas», explicaban apurados. «Este año hemos tenido menos tiempo que otras ediciones para preparar la competición, sólo 15 días, pero aún así venimos con ganas de ganar y pasar un buen rato», destacaba López.
ganadores. Y de hecho ganaron. Al final, el IES Galileo de Puertollano se llevó el gato al agua en la competición de rastreadores; el Hermógenes Rodríguez de Herencia en sumo; y el Aldonza Lorenzo de la Puebla de Almoradiel (Toledo), en robots caminantes.