La máxima, tan comúnmente extendida en la sociedad española, de que la mayoría de los jóvenes quieren ser funcionarios, es un falso mito. O, por los menos, se trata de una preferencia que ya forma parte del pasado, tal y como evidenció ayer un informe realizado al respecto por Educa2020 y la Fundación AXA.
Según los datos recopilados en 8.600 entrevistas llevadas a cabo en el marco del estudio Y después de la Universidad, ¿qué?, el 26,8 por ciento de los universitarios del país tiene pensado crear su propio negocio o lo han hecho ya, mientras que un 25 se ve trabajando en cualquier administración en el plazo de cinco años.
El informe indica también que Ingeniería y Arquitectura son las ramas con mayores tasas de alumnos que quieren poner en marcha una empresa (32,7 por ciento), seguidas de Humanidades (24,8) y Ciencias (19,2). Por contra, los estudiantes de Ciencias Sociales y Jurídicas son los que menos vocación emprendedora presentan, con un 28,5 por ciento.
De igual forma, la mayor parte de los jóvenes que se ven como empleados públicos señalan la Educación y la Sanidad como sus sectores preferidos, lejos del estereotipo de personal de «ventanilla», tal y como señaló el presidente de GAD3, Narciso Michavila.
Lo que más valoran los alumnos que apuestan por un negocio propio es ser su propio jefe y, los que quieren ser funcionarios, tener seguridad laboral.
El director de la empresa especializada en sondeos demoscópicos constató, además, que la crisis ha traído un mayor espíritu emprendedor, añadiendo que el universitario madrileño es «el menos adverso al riesgo y el más valiente profesionalmente», con un 33,7 por ciento de alumnos de esta comunidad partidarios del autoempleo».
En Madrid, la tasa de los jóvenes que apuestan por acceder a la Administración es 10 puntos inferior a la media nacional. Y es que, según mantiene el informe, la mayoría de los encuestados de Andalucía, Aragón, Galicia y Murcia aspiran a un empleo público. En el resto, optan por trabajar por cuenta ajena en el sector privado.
«Cuantas menos oportunidades laborales hay mayor es el deseo de viajar y formarse. La tecnología ha producido mucho paro, pero también ha permitido crear nuevos negocios, y el joven maneja a la perfección este recurso», destacó Michavila.
PARTIR DE CERO. Entre los alumnos españoles que se decantan por emprender, un 18,8 por ciento habla de crear su propia empresa o negocio; el 1,2 piensa continuar con el negocio familiar y el 3,4 tiende a ser autónomo.
Además, Michavila explicó que el trabajador, en general, sigue buscando seguridad y, si termina como autónomo, no es por deseo expreso, en la mayor parte de los casos, sino porque el mercado laboral obliga a ello. Así, un 22,6 por ciento de los estudiantes se inclina por tratar de incorporarse a una multinacional y un 11 a una pyme, mientras que el 14,4 no ha tomado aún una decisión.
De esto se deduce que ser asalariado en el sector privado es la aspiración profesional principal de los universitarios en España.
«En general, hay deseo de emprender e ideas para hacerlo en todas las ramas de estudio y en todas las aulas», añadió Michavila. No obstante, los sectores preferidos son los servicios profesionales (16,2 por ciento), Marketing, Publicidad y Diseño (15,2) e Ingeniería (11,8).
Por otra parte, el estudio evidencia que nueve de cada 10 alumnos que se plantean emprender estudian en una universidad pública, así que el famoso debate público-privado es «más político que real», y la cooperación entre ambos ámbitos es necesaria, aseveró este experto.
El documento refleja también un aumento entre los jóvenes de España a la predisposición a crear un negocio según crece el nivel de estudios, y se relaciona con un mayor espíritu emprendedor que los padres sean empresarios, las ganas de aprender idiomas, viajar y trabajar en el extranjero.