El azulgrana Leo Messi ha desatado un terremoto en Barcelona y el debate se ha propagado como la espuma: ¿tiene fecha de caducidad en el equipo catalán? Su entrevista al diario Olé ha provocado un cúmulo de especulaciones. Nadie, ni siquiera los hinchas más optimistas, es capaz de garantizar que cumpla el contrato que tiene firmado hasta 2018.

El argentino jugó el pasado martes en Manchester con su selección y llegó a la Ciudad Condal de madrugada. A pesar del frío y lo tardío de la hora, le esperaron varios periodistas que le preguntaron si deseaba matizar sus declaraciones. El jugador se metió en un taxi y cerró la puerta en silencio.

Para entonces, los periódicos ya se imprimían con un asunto central: el futuro de Messi. «Inquietante», tituló Sport, mientras Mundo Deportivo aseguró que sufre un «desgaste personal» por las críticas que está recibiendo.

Por su parte, el presidente del club, Josep María Bartomeu, asistió ayer a un acto y, cuando fue cuestionado por las palabras del futbolista, eligió idéntica opción que el astro. Más silencio.

Aunque Messi y Bartomeu no hablaron, sí lo hizo su padre Jorge, que también es su representante. «A día de hoy, no hay nada. El pensamiento es quedarnos aquí, pero como la gente lee entre líneas se exagera», afirmó.

«Está claro que si el día de mañana el club te dice ‘tenemos esta oferta por ti’, pues habrá que estudiarlo. Aunque hoy no hay ni pensamiento», zanjó.

El pasado ha vuelto a golpear ahora en la memoria del Barça, cuyos hinchas recuerdan cómo salieron antiguos astros como Maradona, Schuster o Laudrup: todos por la puerta de atrás. Además, para añadir más ‘leña’, el exfutbolista brasileño Romario afirmó que Neymar «lo tiene todo para ser más grande que Messi».

Mientras, la prensa mundial da por seguro que Cristiano Ronaldo ganará el Balón de Oro. Conociendo los antecedentes, es fácil suponer lo que vendrá en los próximos meses: rumores sobre su futuro y el probable interés de clubes como PSG o Manchester City. Así es la vida de Messi, que, a sus 27 años, paga el precio de ser una enorme estrella mediática, mientras su futuro en el Barcelona se envuelve en una amplia nebulosa.