Qué lleva a un cofrade a implicarse en los órganos de gobierno?

En mi caso hay una particularidad. Yo ingresé en la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad con la intención de ser simplemente un hermano más. Pero a las pocas semanas el hermano mayor y otros miembros de la Junta Directiva me piden que empiece a participar en las reuniones de directivos. Primero fui vocal, luego vicesecretario y más tarde secretario.

¿Cómo se vive la cofradía desde esos puestos?

Con mucha responsabilidad, porque además era una hermandad con muchos problemas, aunque hoy, gracias a Dios, están superados. En ese sentido, creo que el IV Centenario ha sido un relanzamiento, puesto que ahora a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad se la ve de otro modo gracias al trabajo de muchas personas.

¿Cómo fue su llegada a la Comisión Permanente?

Para mí fue sorprendente. Estaba en la Junta Directiva de la Caridad, y normalmente era el que la representaba en los plenos. Mi relación entonces con la Comisión Permanente era un poco tirante porque mi Hermandad había sido sancionada en diversas ocasiones. Mi sorpresa fue que en las anteriores elecciones Martín Aguirre me llamó y me propuso formar parte de la Comisión. Pensé que podía aportar algo a la Semana Santa y me embarqué en esa aventura, primero como vocal y luego como secretario por la dimisión de Juan Luis Huertas.

¿Cómo ha sido el trabajo de la Comisión en los últimos cuatro años?

Creo que la dirección de la asociación no ha sido clara ni la más adecuada. No nos conduce por el camino mejor para un grupo de 24 hermandades y eso se refleja en el trabajo cotidiano de la comisión, que desde mi punto de vista es demasiado previsible. Sinceramente, esperaba más de este periodo, pensaba que tras el Encuentro Nacional de Cofradías se iba a dar un nuevo impulso.

¿Ha planteado estas cuestiones en las reuniones que han mantenido?

El trabajo de la Comisión Permanente no ha sido demasiado colegial. No puedo entrar en detalles porque tengo la obligación de guardar secreto sobre sus deliberaciones, pero es evidente que lo que opino lo he trasladado a la Asociación de Cofradías.

¿Cómo vio el anuncio de Emilio Martín Aguirre de que no quería seguir?

A mí no me sorprendió porque su proyecto estaba agotado hacía tiempo. Hay un antes y un después del Encuentro Nacional de Cofradías y desde entonces no se produce ninguna novedad considerable.