Piden dos años y medio de cárcel por un mortal atropello

Pilar Muñoz
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Ocurrió a las 13.50 horas del 3 de junio de 2018 en la travesía de Miguelturra cuando la mujer y su marido regresaban de un paseo y fue arrollada por el conductor de una furgoneta

El mortal atropello se produjo en este paso de peatones, en primer término serrín cubriendo la sangre - Foto: PABLO LORENTE

El conductor de la furgoneta que atropelló y causó la muerte a una mujer de 80 años en un paso de peatones de la travesía de Miguelturra se enfrenta a una condena de dos años y seis meses de cárcel por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave que, según ha podido saber La Tribuna le imputa el letrado Jesús Corella que ejerce la acusación particular en la causa. El abogado también pide que se le prive del derecho a conducir vehículos a motor por espacio de cuatro años y la responsabilidad civil.

Los hechos por los que va a ser enjuiciado C. G. F. en el juzgado de Penal se remontan al 3 de junio de 2018, cuando sobre las 13.50 horas, un matrimonio cruzaba el paso de peatones de la travesía de Miguelturra, en la CM-4174. Habían salido a dar un paseo, regresaban y a la altura del kilómetro 2,850 una furgoneta conducida por un hombre de iniciales C.G. d. l. F. arrolló y acabó la vida de la mujer.

Según el relato de hecho del letrado de la acusación particular basado en pruebas que maneja, el ahora acusado se dirigía por el trayecto habitual a su vivienda a bordo de su furgoneta, «tras haber ingerido bebidas alcohólicas». Circulaba por la travesía de Miguelturra, en dirección Pozuelo de Calatrava, cuando a la altura del kilómetro 2,800 de la CM-4174, atropelló a una mujer en un paso de peatones.

Según las pruebas que maneja Corella, el acusado circulaba a unos 60 o 70 kilómetros por hora en un tramo limitado a 50 k/h.

 El abogado sostiene en su escrito de acusación que el acusado «colisionó» contra una mujer que cruzaba por el paso de peatones existente en el citado lugar. La mujer, que iba tras su marido cuando fue brutalmente atropellada, sufrió un traumatismo cráneo-encefálico y un shock hemorrágico que le causó la muerte.

Corella remarca en su escrito de acusación que los hechos se produjeron un domingo, con «escasísima circulación», en un lugar conocido por el acusado porque lo utilizaba a diario y «sabía de la existencia del paso de peatones y de la prohibición de circular a más de 50 kilómetros por hora. La calzada, de doble sentido, tiene una anchura de 8,50 metros entre carriles y arcenes y visibilidad para el conductor. Además eran las 13.50 horas de un día «totalmente despejado». En cuanto a la ingesta de alcohol, señala que en las pruebas de alcoholemia arrojó un resultado de 0,62 miligramos por litro de alcohol espirado y 0,23. Las pruebas se hicieron a las 14.16 y 14.26 horas.

Los vestigios dejados tras el accidente demuestran que «el conductor no intentó evitar el atropello», quedando el cuerpo de la víctima a 7,71 metros del punto final del paso de peatones donde fue arrollada. El vehículo quedó en mitad del carril con daños en la parte frontal izquierda, que evidencian que la peatón estaba a punto de rebasar el carril derecho por el que circulaba la furgoneta.