El periodista y escritor José Antonio Zarzalejos (Bilbao 1954) es un profesional de los denominados en la jerga de la comunicación de raza. Siempre ha tenido acceso a la información de primera línea. Ha desempeñado importantes cargos en el Grupo Correo, ha sido director de ABC, colaborador radiofónico de Punto Radio, Radio 5, de la cadena SER, así como columnista en El Confidencial, donde ofreció en primicia la abdicación del Rey Juan CarlosI.

Desde su punto de vista, y a unos meses de las elecciones generales, ¿cuál es la situación de España? ¿Es tan positiva como la pinta el Gobierno o tan negativa como la describe la oposición?

Ni una cosa ni la otra. El editorial de Financial Times del pasado mes de agosto titulado Las reformas de España son una lección para la eurozona me parece que sintetizó muy bien la situación socio-económica: luces y sombras. El Gobierno ha hecho bien los deberes que la troika le impuso y ha logrado que nuestra economía gane competitividad, pero a costa de una enorme devaluación que nos traslada a años atrás en renta per cápita. Estamos mejor que hace cuatro años, pero lejos de una situación que podamos asumir como positiva por el paro, la desigualdad y el nivel salarial medio.

¿Diría que uno de los mayores problemas del país es la mediocridad de la clase política?

Es muy reduccionista afirmar que todo es responsabilidad de la clase política. La crisis procede de todo un sistema occidental en el mundo financiero desregulado. El problema ha sido que los dirigentes no se han dado cuenta de que había que resolver, además de la crisis económica, la social y la política que aquella conllevaba. En España esa omisión de perspectiva es la que me parece más grave.

En su época como director de ABC su línea editorial era más conservadora, incluso, coincidente con planteamientos de derechas y, sin embargo, desde 2008 que no está en el staff de este medio sus postulados son muy críticos con el PP. ¿Qué ha ocurrido?

No he experimentado ningún giro político. Ortega decía que no hay que ser coherente con las ideas sino con las realidades y a ellas me atengo. Mis criterios ideológicos, ni ahora ni nunca, me han obligado a apoyar o aplaudir al PP. Soy liberal, conservador y monárquico, y no por ello me veo compelido a no criticar como periodista a los populares y a la Monarquía. Le recuerdo que salí de ABC no precisamente por apoyar las tesis del PP de entonces sobre el 11-M. 

Ha reconocido que Esperanza Aguirre estuvo detrás de su cese en ABC. ¿Es una práctica habitual que los políticos pidan la cabeza de los directores de medios?

Lo ignoro. Pero es frecuente que los poderes políticos intenten injerirse en los medios de comunicación y en el nombramiento y continuidad de sus responsables.

¿Y se puede saber que le pidió Aguirre que escribiera y que usted se negó, para que ella adoptara una actitud tan hostil?

No me pidió nada. No le gustaba, en general, mi gestión como director de ABC y fue el ariete de otros, no precisamente políticos.

Sostiene en su libro Mañana será tarde que desde las elecciones del 82 nunca se había vivido un año con tanto interés político. Sin embargo, los españoles demuestran apatía a este tipo de información, ¿qué está sucediendo?

No hay apatía por la información sino mucha más oferta informativa, especialmente en internet. Las redes sociales y los dispositivos móviles son una fuente inagotable de información, en ocasiones de dudosa calidad. Insisto: no hay apatía, puede haber, y la hay, una crisis de contemporaneidad en determinados soportes.

Sus páginas no son solo un análisis crítico de la actual situación social, política y económica, también plantea una tesis como solución a esta encrucijada. 

Sí, siempre centrada en el reformismo, nunca en el continuismo ni la revolución. Ir haciendo correcciones profundas en el sistema, pero manteniendo sus fundamentos esenciales que acumulan legitimidad, eficacia y consenso.

¿Cómo valora la irrupción en la política española de partidos como Podemos y Ciudadanos? 

Serán nuevos jugadores en el campo político institucional, pero sin las dimensiones que se pensó pudieran alcanzar solo hace unos meses. El PP y el PSOE seguirán siendo dos grandes formaciones. Cambiará la tradicional política parlamentaria de mayorías absolutas y el juego de pactos y acuerdos. Ahí es donde tendrán mucho que decir Podemos y Ciudadanos.

¿Qué futuro aguarda a Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez?

Rajoy será el candidato y en función del resultado seguirá o no al frente del PP. No le veo sustituto ni voluntad en el PP de que lo haya. Por su parte, Sánchez se ha equivocado al pactar en exceso con Podemos, las mareas y las plataformas y descartar hacerlo con el PP en algunos niveles. El PSOE será segundo partido y dispone de posibilidades de fijarse tanto en Podemos como en Ciudadanos que es la formación mas ascendente tras el 27-S para sacar determinadas políticas. No hay que olvidar tampoco las buenas relaciones entre los socialistas y el PNV.