Desde primeros de año el personal de prisiones ha protagonizado protestas en las puertas de las cárceles y manifestaciones sin parangón en Madrid, ante la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias. El cambio de Gobierno supuso un impasse, un ínterin que finalizará el próximo 2 de agosto con la vuelta a las concentraciones a las puertas de los centros penitenciarios.
Los sindicatos Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias), UGT-Prisiones y CCOO han convocado la concentración por la situación que se vive en las cárceles, para denunciar las agresiones a funcionarios y mostrar su solidaridad con todos los compañeros que han sufrido estos ataques, el último en la cárcel de Navalcarnero (Madrid). El paro en las prisiones ciudadrealeñas de Herrera y Alcázar, como en el resto de centros penitenciarios, será entre las 11.00 y las 11.30 horas del próximo 2 de agosto.
Tras la reunión celebrada esta semana con el secretario general de Instituciones Penitenciarias, ÁngelLuis Ortiz, para abordar las demandas del colectivo y la propuesta de mejora salarial, los responsables de los sindicatos mayoritarios han decidido seguir adelante con las movilizaciones y además de la protesta del próximo día 2 han convocado una gran manifestación en Sevilla, la última semana de agosto. «Hemos pedido que de las palabras se pase a los hechos», indica a este diario María José Muñoz, responsable de UGT-Prisiones en la provincia de Ciudad Real.
Los sindicatos no han quedado satisfechos con las respuesta del secretario general, que ha reconocido que la clasificación de las categorías ha quedado obsoleta. Pero los sindicatos quieren hechos y también una respuesta para poner freno a las agresiones de presos a funcionarios.
En el escrito remitido al nuevo secretario general de Instituciones Penitenciarias aseguran que el personal penitenciario está siendo objeto de «innumerables agresiones» en el interior de las cárceles, incrementándose de forma «alarmante» tanto su número como la gravedad de las mismas.
Recuerdan que entre 2015 y 2016 se produjeron 934 agresiones a trabajadores de Instituciones Penitenciarias. El año pasado las lesiones graves registraron un incremento del 60% con respecto al año anterior. En la prisión de Herrera de La Mancha el 18 del pasado mes de junio dos funcionarios fueron agredidos por un preso. A uno de ellos le causó cortes profundos en cara y cuello y al otro heridas por golpes. «Gracias a la rápida intervención de compañeros de otros módulos y a la rápida atención médica recibida, las consecuencias no fueron de mayor gravedad», afirmaron los sindicatos.
Del mismo modo, aseveran que la acuciante falta de personal con más de 3.400 vacantes sin ocupar, redunda en una debilidad para la seguridad de todos los internos y trabajadores penitenciarios. Por lo que «se hace imprescindible un incremento de plantilla y una mejora en la clasificación interior de la población interna», sostienen.
En este sentido, la representante de UGT-Prisiones en la provincia recuerda que en Herrera y Alcázar las plantillas «están muy envejecidas» tras remarcar que hay un déficit «importante» de personal que se va agravando conforme pasan los meses por jubilaciones, segunda actividad y fallecimiento.
Agentes de la autoridad. Los sindicatos consideran también necesario abordar el problema grave de la enfermedad mental, dado el incremento de internos con patologías psiquiátricas en las prisiones, y reclaman de manera «urgente» la consideración de agentes de la autoridad, así como dotarles de una formación específica y adecuada para afrontar estas situaciones.