Los maleficios están para romperlos, ya que de lo contrario se pueden convertir en una malsana obsesión. El objetivo era doblegar a un Mengíbar que en las dos últimas campañas se había convertido en al auténtica bestia negra del FS Valdepeñas, y es que el cuadro de Leo Herrera nunca había conseguido ganar al cuadro jienense. Y a pesar de intentarlo por todos los medios, la historia volvía a repetirse con un triunfo visitante por 2-3. El nerviosismo comenzó a materializarse de forma peligrosa cuando Fede Díaz adelantaba al Mengíbar a los dos minutos de juego cuando aprovechaba un rechace tras un disparo de Miguelao. El descanso dio tregua a una creciente tensión, y el paréntesis le vino bien al Valdepeñas, que en el 22 lograba el empate por medio de Mimi. Pero Ureña volvía a adelantar a los visitantes en una jugada ensayada dos minutos después, a lo que respondía Dani Santos a falta de siete minutos. A falta de 37 segundos Miguelao hacía el 2-3 cuando el cuadro local jugaba de cinco