Dos semanas llevaban hasta ayer encerrados en una cueva de Tailandia una docena de niños y su entrenador. Su situación, sus cartas y el hecho de encontrarlos vivos ha dado la vuelta al mundo en ese tiempo y ha deparado una parada local, con un ciudadrealeño, Fernando Raigal, participando en la operación de rescate, que comenzó este domingo en Tailandia. «El rescate aún no está acabado. Supone un gran número de retos pero hay gente especialista de muchos lugares en esto», comentó el propio Raigal, con quien La Tribuna de Ciudad Real habló ayer a través de las redes sociales justo al dar por finalizada la primera jornada de rescate, cuando los buzos iniciaban el camino de vuelta para descansar. «Acabamos de terminar esta primera fase del rescate pero aún quedan otros ocho niños dentro, más el entrenador», comentó el buzo ciudadrealeño.«La experiencia con el rescate de los menores es muy buena. Me recuerda a mis tiempos en la Armada», argumenta en un plano personal.
En este rescate ha cumplido 33 años, los cumplió el 6 de julio, aunque afirma que está acostumbrado a celebrarlo trabajando, «en el mar». Él es un buzo profesional que trabaja para compañías petrolíferas y explica que reside en Tailandia desde hace años. «Acabé en Tailandia después de dar vueltas por Asia unos años, con una mochila y saltando de barco en barco en proyectos de petrolíferas», señala. Antes de eso residió en Ciudad Real donde estuvo hasta los 18 años y dio el salto a los submarinos en la Armada. Llega al rescate invitado por los Navy Seal, ya que uno le conoce y sabe de su pasado y trayectoria.
«Aquí los buzos de élite son los buzos especializados en cuevas. Los Navy Seal y ex Navy Seal estamos dando todo el apoyo». Su trabajo se encuadra en un grupo que ayuda a esos especialistas. «Entre todos somos unos 90 buzos, esto es una operación que requiere un gran trabajo en equipo», aunque cuenta con la salvedad de que él es uno de los dos civiles, «adoptados por los exNavy Seals», que se encargan de la operación de rescate. «No hay precedente que yo sepa de una operación como esta», argumenta, mientras explica que debe realizarse «con respeto y los ojos bien abiertos para empezar», ya que hay una «gran logística y retos para sacar» a los niños. Comenta Raigal que el buceo en cueva es nuevo para él, pero aplicando su experiencia en otros ámbitos «no ha supuesto un gran reto».