La remodelación de la plaza de Cervantes, tras las procesiones

Manuela Lillo
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Las obras, que esperarán a Semana Santa, coincidirán con las inyecciones de cemento que reforzarán el firme y supondrán también la reubicación de la escultura del autor del Quijote

Rosa Romero reunida con representantes de los barrios Morería y zona Centro./ - Foto: PABLO LORENTE

La alcaldesa de Ciudad Real, Rosa Romero, aseguró ayer que la plaza de Cervantes «necesita una reubicación de todos los elementos» y apostó porque la reforma favorezca «la accesibilidad plena y el embellecimiento» de esta céntrica plaza de la capital. Así, indicó que la propia escultura de Miguel de Cervantes que preside la plaza será reubicada y que ya están trabajando en el diseño para la ordenación de los distintos elementos.

La regidora municipal indicó que será después de Semana Santa cuando abordarán los cambios, ya que ahora la ciudad se prepara para acoger la celebración de las procesiones y se trata, además, de un periodo propicio para las terrazas. Asimismo, trasladó la intención del equipo de Gobierno de mantener conversaciones con los vecinos y los hosteleros de la plaza de cara a la remodelación, pues recordó que es una zona que ha sufrido las molestias de las obras en los últimos meses debido a la demolición de un edificio y a las obras de arreglo de tuberías de saneamiento.

Sobre estas últimas obras, comentó que se está procediendo a retirar los elementos que se han usado en los trabajos para que la zona luzca limpia para este viernes.

Por otra parte, Rosa Romero explicó que, al mismo tiempo que se acometerá una reordenación de la plaza, procederán a la aplicación de inyecciones de cemento con el fin de reforzar el firme de esta plaza, una actuación que se aconsejaba en el informe tomográfico que se hizo de la plaza y que revelaba que había agua en el subsuelo. En este sentido, la regidora local subrayó que los informes señalan que «todo está dentro de la normalidad» y trasladó un mensaje de tranquilidad a los vecinos.

«Es verdad que es una zona en la que hay mucha agua, los viejos siempre lo han contado, pues era donde estaba el antiguo pozo de Don Gil», comentó Rosa Romero, quien añadió que «los cambios de temperatura producen movimientos que han podido hacer que se produjera algún movimiento, pero nada tiene que ver con que hubiera algún problema», dijo la alcaldesa incidiendo en que debe haber «tranquilidad absoluta» al respecto.

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