Septiembre es el mes que más accidentes laborales deja en la provincia de Ciudad Real, un periodo que en los últimos años coincide con el punto álgido de la contratación del mercado laboral de la provincia que, de la mano de la vendimia, dispara sus cifras de altas laborales y también de siniestralidad, según las cifras dadas a conocer esta semana por parte del Ministerio de Trabajo.
De ese análisis se desprende que septiembre es el mes más conflictivo mientras que abril es el que menos incidencias deja, al tiempo que en el conjunto del país es mayo el peor mes y diciembre el que menos siniestros en el trabajo genera.
Estas cifras, referidas a 2017, hablan de un descenso de los accidentes en el trabajo en Ciudad Real en un momento en el que crece la actividad económica y la afiliación de trabajadores y en el que, por ejemplo, la Junta de Comunidades anunciaba su intención de triplicar las ayudas presupuestarias para la lucha contra la siniestralidad que existían hasta ahora con nuevos planes y medidas para seguir reduciendo la siniestralidad. Un problema que en cuanto a la edad media de los trabajadores ciudadrealeños que sufrieron un accidente de trabajo durante el pasado 2017, hasta un total de 4.686 siniestros, afectaron, sobre todo, a empleados que tenían entre 40 y 44 años, hasta alcanzar los 700 y que dejaron menos más bajas entre los jóvenes trabajadores de 16 o 17 años que los que superan la barrera de los 65: 11 para los primeros y 18 para los segundos.
Eso sí, sindicatos como CCOO ponían el dedo en la llaga al advertir que en Castilla-La Mancha tanto las mujeres como los hombres de hasta 25 años tienen una tasa de siniestralidad laboral que duplica a la de cualquier otro grupo de edad, lo que pone de manifiesto, según este sindicato, que «la mayor temporalidad, rotación en el empleo, en definitiva una mayor precariedad laboral, aumenta las posibilidades y el riesgo de sufrir accidentes en el trabajo».
Otra vertiente que ofrece el informe anual que publica el Ministerio que depende ahora de Magdalena Valerio es la referida a la influencia que tiene precisamente esa temporalidad de los trabajadores con sus índices de siniestralidad. Una de las mayores preocupaciones que trasladan los sindicatos vinculada a la precariedad es que suele venir acompañada de una menor preparación del trabajador y de más accidentabilidad, aunque las cifras que maneja el Ministerio casi equiparan el número de empleados con contratos indefinidos que sufrieron un accidente en el trabajo con los que mantenían un contrato temporal. Eso sí, hay que recordar que en el mercado laboral de la provincia y de la región hay muchos más trabajadores indefinidos que temporales, en una proporción de siete a tres, con lo que la temporalidad sí aparece como un factor que influye en esa siniestralidad. Aunque el Ministerio no especifica la gravedad de los accidentes en el ámbito provincial, los trabajadores que tenían un contrato con fecha de caducidad fueron víctimas de 2.435 accidentes laborales mientras que los indefinidos sufrieron otros 2.016. En ambos casos fueron una amplia mayoría, en casi un 90 por ciento, los contratos a tiempo completo.
Empleo también compara la antigüedad que tenía la persona que sufrió un accidente de trabajo. De nuevo son las personas con más experiencia las que más siniestros sufrieron. A la cabeza de este ranking están los profesionales con más de 10 años de experiencia, con 864 accidentes, seguidos de los que han cumplido en su puesto entre tres años y una década (850). Eso sí luego son ya los trabajadores con menos de un mes de experiencia y los que no han cumplido los dos meses los siguientes que tienen más accidentes: 656 los primeros y 669 los segundos. Eso supone que casi uno de cada tres trabajadores accidentados no llevaba ni 60 días en su trabajo, en una provincia en la que hay que recordar que el 30 por ciento de la plantilla del sector público es temporal o que en sectores como la hostelería, más de la mitad del empleo que se genera apenas firma contratos de una semana de duración.